El sondeo, dado a conocer el lunes por un grupo de investigación con sede en Londres, se basa en las declaraciones públicas de 58 personas que se sabe han dejado al Estado Islámico desde el año pasado.
Peter Neumann, director del Centro Internacional de Estudios de Radicalización y Violencia Política y autor del reporte, dijo que sus hallazgos resquebrajan la imagen de unidad y determinación que el Estado Islámico busca mostrar.
De acuerdo con el analista, los encuestados constituyen solo una “pequeña fracción” del creciente número de combatientes que se han vuelto contra el Estado Islámico. Según él, si se les da una circulación amplia, las quejas de los desertores podrían evitar que futuros reclutas se unan al grupo radical, el cual se ha apoderado de enormes franjas de territorio en Siria e Irak y se ha vuelto notorio por cometer asesinatos en masa, decapitaciones y secuestros.
El sondeo encontró narrativas comunes entre los desertores, incluso decepción de que la vida bajo el grupo extremista es excesivamente dura y que comete atrocidades contra otros musulmanes suníes.
Aunque la organización proclamó formalmente un califato en junio del 2014 —un “Estado” gobernado en concordancia con la ley islámica— algunos desertores la acusan de ser corrupta y no islámica.
También se quejan de que el Estado Islámico está más interesado por combatir a colegas suníes que al gobierno del presidente sirio Bachar al Asad.
Algunos excombatientes se quejaron de ser víctimas de racismo o de que sus experiencias con el grupo no cumplieron sus expectativas de acción y heroísmo. Otros se quejaron que no recibieron los autos ni los bienes lujosos que les prometieron, o que como combatientes extranjeros fueron usados como carne de cañón.
Quienes hablaron dijeron que acabaron hartos de matar a musulmanes suníes como ellos, incluyendo a civiles, y de la incapacidad de Estado Islámico de confrontar el régimen sirio del presidente Bashar Al Assad.
“Las voces de los desertores son claras y firmes: Estado Islámico no está protegiendo a musulmanes, los está matando” , afirma el informe.
“Los musulmanes están combatiendo a musulmanes. Assad está olvidado. La yihad está patas arriba” , dijo un desertor alemán, identificado como Ebrahim B., que afirmaba hablar en nombre de una veintena de yihadistas que viajaron a Siria y quedaron decepcionados.
Los líderes de Estado Islámico consideran enemigos a los otros grupos yihadistas, incluyendo a la organización satélite de Al Qaeda, Jabhat al-Nusra, y se han enzarzado en brutales batallas contra ellos.
Los desertores interrogados en el informe son de 17 países, en muchos casos occidentales.
Muchos que intentaron abandonar antes que ellos fueron ejecutados por “espías” y “traidores” , explicaron sus antiguos camaradas.