Los activistas aseguran que la Administración del presidente de EE. UU., Donald Trump, comenzó a cumplir sus amenazas de aumentar los arrestos y deportaciones masivas de indocumentados.
De costa a costa los reportes sobre agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) realizando detenciones han saturado las líneas de ayuda de organizaciones y las redes sociales.
No obstante, las autoridades federales niegan el aumento de operativos y catalogaron los arrestos como acciones de rutina.
Un comunicado emitido por ICE confirma los operativos que se extendieron desde el lunes hasta el mediodía del viernes.
“La operación de esta semana tuvo como objetivo las amenazas contra la seguridad pública, tal es el caso de convictos por delitos sexuales y pandilleros conocidos, así como individuos que violaron nuestras leyes de inmigración, incluidos aquellos que entraron en el país después de haber sido deportados y fugitivos migratorios”, detalla el comunicado.
No obstante organizaciones pro inmigrantes y medios de comunicación afirman que los agentes de Inmigración también detuvieron a personas que no tenían delitos.
El portal Mundo Hispánico, por ejemplo, publicó que esta semana “los agentes le ordenaron detenerse a una camioneta de trabajo donde se conducían cinco indocumentados, uno de los cuales tenia récord, mientras que los otros no, pero todos fueron arrestados”.
Alex Pérez, uno de ellos, fue liberado unas horas después tras alegar que su hermanito menor se quedaría solo, según narro el joven mexicano al mismo medio.
Por aparte Angélica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (Chirla), afirmó que “tenemos 30 años trabajando con la comunidad y podemos decir, por nuestra experiencia, que lo de ayer -un operativo del viernes- no fue un día normal, y esto luce como una operación coordinada”.
Los operativos han causado pánico en la población inmigrante tanto indocumentados como con algún estatus legal.
El grupo United We Dream asegura que en las últimas 24 horas “cientos de inmigrantes” han sido detenidos en redadas y que personas, tanto indocumentados como ciudadanos, han denunciado que les solicitaron su documentación en retenes en carreteras.
En el área metropolitana de Los Ángeles se habrían dado más de 100 arrestos, el número podría llegar hasta 130. No obstante, los activistas no han podido confirmar la cifra. Otros medios de comunicación dan cuenta de hasta 160 arrestos.
“ICE le negó información a nuestros abogados, y ellos pudieron ver cómo un bus y cinco camionetas de indocumentados eran llevados del edifico federal”, indicó Salas.
Chirla destacó que la cifra de más de cien arrestados fue proporcionada por los mismos agentes de Inmigración cuando fueron confrontados por su equipo legal, y el consulado de México en Los Ángeles confirmó que 16 de sus nacionales fueron detenidos.
“No aceptamos que esta es la nueva situación normal y cada vez que escuchemos estos reportes vamos a responder con toda la fuerza que tenemos”, advirtió Salas.
El dolor de estas redadas lo vivió la familia de Manuel Mosqueda, inmigrante que fue arrestado este jueves como parte de un operativo en el que oficiales no buscaban a este mexicano sin registro criminal y que reside en EE. UU. desde la década de 1980.
Kevin De León, presidente pro tempore del Senado de California, junto a otros legisladores estatales y federales, pidió a las autoridades más información sobre las personas arrestadas para asegurarse de que tengan acceso a representación legal y que se respete el derecho a un debido proceso.
“Estoy muy preocupado por el bienestar de nuestra gente trabajadora, pero también estoy muy molesto con este presidente y sus políticas que van contra el espíritu de este gran país”, indicó el político demócrata.
Temor
Al otro lado del país, en Carolina del Norte, al menos 20 indocumentados fueron arrestados en los últimos días en una serie de operativos en Charlotte, en uno de los cuales se arrestó a siete trabajadores de una empresa de jardinería.
En un hecho parecido en Atlanta, Georgia, cinco trabajadores que viajaban en una camioneta fueron detenidos por oficiales de inmigración. Los agentes se movilizaban en vehículos que no tenían identificación, denunció una testigo que registró en video el operativo.
Activistas de Indiana también reportaron un aumento en las acciones de los agentes de Inmigración como parte de las nuevas prioridades y políticas migratorias de Trump y a pocas horas de la confirmación como fiscal general de Jeff Sessions, que en una de sus primeras declaraciones prometió combatir la “ilegalidad” migratoria.
El congresista demócrata por Illinois Luis Gutiérrez lamentó que Trump quiera dar una demostración de autoridad con la expulsión de un “gran número de inmigrantes” y criticó la falta de la necesaria “supervisión” y “debido proceso” en estos casos.
“Hay muy poca información oficial sobre lo que parece ser una nueva iniciativa de deportación de Trump. El Departamento de Seguridad Nacional está deportando a madres, padres, hombres y mujeres trabajadores bajo la excusa de acciones criminales o antiterroristas”, indicó en un comunicado.
Sin embargo, autoridades migratorias en California, Georgia y Carolina del Norte aseguran que las acciones de sus agentes son rutinarias.
“Los reclamos de 100 arrestos en nuestra área de cobertura de siete condados, son muy exagerados”, aseguró Virginia Kase, vocera de ICE en Los Ángeles.
Pero la abogada Krystal Rodríguez Campos reportó el arresto en su lugar de trabajo en Los Ángeles de uno de sus clientes, que perdió su Estatus Temporal de Protección (TPS) y actualmente luchaba su caso por estar casado con una ciudadana estadounidense.
“Mi cliente me confirmó que una gran cantidad de inmigrantes habían sido arrestados en su trabajo y sus casas, junto con él” aseguró.
Todos tienen miedo
Cuando la venezolana Eulimar Núñez vio el caos que generó en los aeropuertos de Estados Unidos la (efímera) prohibición de ingreso a los musulmanes, decidió tramitar su ciudadanía estadounidense. Como ella, muchos extranjeros viven un nuevo estado de miedo e incertidumbre.
“No es que sienta que la vayan a agarrar con los venezolanos, pero todo está tan inestable y todas las reglas están cambiando tan rápido que me da pánico”, contó Núñez, una periodista de 34 años que vive en Miami como residente desde 2010.
La reportera recuerda el caos que vivieron muchos aeropuertos del país después de que el presidente Donald Trump firmara el 27 de enero la orden ejecutiva que impedía el ingreso de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
Quienes entonces venían en calidad de refugiados fueron detenidos, y los residentes legales que habían viajado a su país de origen no pudieron volver a entrar al que ahora es su hogar.
La orden fue bloqueada por la justicia y este jueves un tribunal federal de apelaciones ratificó su suspensión.
“Me impresiona la falta de comunicación con la que se tomaron las decisiones, y la pésima manera en que se ejecutaron”, comentó Núñez. “Por eso, depender de la discrecionalidad de los agentes me da mucho miedo”.
Ese miedo es el sentimiento que citan los que, como ella, decidieron hacer un “upgrade” a su estatus migratorio: de visa de trabajo a residencia, o de residencia a ciudadanía.
“Desde que ganó Trump esto ha sido una locura”, dice a la AFP Lorraine Pérez, una abogada de migración en Miami. “Pero los temores no son infundados”.