Uno de los detenidos es sospechoso de “amenazas de atentados, participación en actividades de un grupo terrorista en calidad de dirigente, y reclutamiento con vistas a cometer infracciones terroristas”.
La otra persona está acusada de “amenazas de atentados y participación en actividades de un grupo terrorista”, según la fiscalía.
Las detenciones se produjeron después de unos registros efectuados el domingo y el lunes y sin relación con los atentados del 13 de noviembre en París.
Los allanamientos tuvieron lugar en la región de Bruselas, en el Brabante flamenco y en la zona de Lieja (este), “por pedido de un juez de instrucción de Bruselas, especializado en terrorismo”.
Al término de las operaciones la policía interrogó a seis personas, entre ellas las dos detenidas. Las otras cuatro fueron puestas en libertad.
Las autoridades judiciales no revelaron ningún detalle sobre la identidad de los arrestados y no indicaron el lugar en el que fueron detenidos, ya que la investigación sigue adelante.
Ropa militar y propaganda del EI
Los agentes no encontraron armas ni explosivos en los registros, y sólo se incautaron de “material informático, ropa de entrenamiento de tipo militar y material de propaganda del [grupo yihadista] Estado Islámico”.
En ese contexto, Bélgica subió el lunes el nivel de alerta terrorista para “los policías y los militares presentes en Bruselas, que podrían ser blancos simbólicos”, dijo el portavoz de la Organización de Coordinación para el Análisis de la Amenaza (OCAM) a la AFP.
Bruselas, que alberga las instituciones de la Unión Europea y la sede de la OTAN, se encuentra en nivel de alerta antiterrorista 3 (de una escala de 4) desde finales de noviembre, al igual que el resto del país.
La capital belga estuvo seis días en el máximo nivel de alerta por un riesgo de atentado “serio e inminente” en noviembre, después de que se descubriera que varios autores de los atentados de París eran originarios de Bruselas, entre ellos uno de los principales sospechosos, Salah Abdeslam, que sigue huido.
Perseguido por todas las policías de Europa, se considera que transportó a los kamikazes que se hicieron estallar en el Estadio de Francia el 13 de noviembre, antes de llamar a dos amigos bruselenses que lo condujeron a Bélgica. Su hermano Brahim se hizo explotar ante un bar aquella noche.
“Tenemos en cuenta que puede seguir en Bélgica porque es una de las posibilidades” , declaró el ministro del Interior, Jan Jambon, al diario belga Le Soir.
Nueve personas fueron inculpadas en Bélgica por los atentados de París. La policía también busca a Mohamed Abrini, sospechoso de acompañar a Salah Abdeslam a la capital francesa dos días antes de los ataques.