Una nueva aplicación móvil, denominada David-19, llegará la próxima semana a América Latina para combatir la propagación de la COVID-19. La iniciativa, liderada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pretende hacer “visible” al enemigo “invisible” y sentar las bases para un “pasaporte sanitario digital”.
DEUTSCHE WELLE
David-19, la aplicación para combatir el coronavirus en América Latina de forma anónima
Con esta herramienta digital, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pretende crear un registro común sobre cada usuario y generar mapas de situaciones de riesgo.
Esta herramienta digital permitirá a los Gobiernos latinoamericanos obtener datos más precisos sobre el coronavirus y ajustar sus estrategias de distanciamiento social, sin tener que exponer la privacidad de sus ciudadanos, según el BID. “Todos nos sentimos muy indefensos contra este virus, sin embargo, si todos somos David-19 podemos vencer al Goliat del coronavirus”, afirmó Alejandro Pardo, especialista del laboratorio de innovación del BID.
Suscríbete a nuestro boletín especial sobre el coronavirus y pulsa aquí.
El objetivo es administrar de manera rigurosa información sobre si una persona permanece confinada, si es inmune, si es asintomática, si presenta síntomas o si está enferma. De este modo, se podrá generar un registro común sobre el estado de los usuarios e identificar mapas de posibles situaciones de riesgo. “Con estos datos se van a tomar mejores decisiones para temas tan importantes como dónde mandar mascarillas o qué poblaciones se pueden empezar a desconfinar”, explica Pardo y asegura que los datos personales entregados serán “estrictamente privados”.
¿Acceso para todos?
Sin embargo, la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus ha dejado en evidencia no solo la brecha social del continente, sino también la brecha digital. Millones de latinoamericanos en situación de pobreza no cuentan con aparatos móviles, y mucho menos con acceso a Internet.
Otro factor relevante es la diferencia entre personas que viven en ciudades contra los que viven en zonas rurales, donde en muchos casos todavía no llega Internet. Asimismo, la brecha de habilidades y de conocimiento existente, por ejemplo, en adultos mayores, para poder entender cómo funciona David-19.
Las primeras semanas de confinamiento bastaron también para poner en evidencia los obstáculos que existen en el continente con el “teletrabajo”. La mayoría de latinoamericanos no cuenta con un empleo formal y vive del día a día. Del mismo modo, muchos niños no pueden acceder a educación virtual por no tener la tecnología necesaria en casa.
Según un último reporte del portal alemán de estadísticas Statista, hay 425 millones de usuarios de Internet en América Latina, de los 630 millones de habitantes que tiene el continente. Es decir, más de 200 millones de latinoamericanos no podrían utilizar la aplicación del BID. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que alrededor 185 millones de latinoamericanos viven en situación de pobreza y 65 millones en extrema pobreza.
La experiencia autoritaria
Una interrogante aparte es la disponibilidad que muestren los latinoamericanos para entregar el control de su privacidad a los Gobiernos de turno, teniendo en cuenta la experiencia en varios países de la región con dictaduras. Hasta el momento no se ha informado qué países empezarán a implementar esta herramienta digital.
Asimismo, no quedan claras las posibles consecuencias negativas que podría tener un usuario, por ejemplo, si no respeta las reglas de confinamiento y si en ese caso sería denunciado ante las autoridades locales.
Para la creación de David-19, los especialistas se basaron en experiencias similares aplicadas en Corea del Sur y Singapur. Aproximadamente un mes necesitó el laboratorio de innovación del BID, junto a sus socios Everis, IOVlabs y World Data, para desarrollar la plataforma digital con tecnología blockchain. La diferencia con la versión asiática, subraya el BID, es que esta aplicación será voluntaria y anónima.