Dos expertos analizan la situación.El muro de Trump contra la migración se erige también desde los despachos de Justicia estadounidenses.
DEUTSCHE WELLE
Restricciones en EE.UU.: migrantes cada vez más vulnerables
La Justicia de EE.UU. avala la agenda antimigrantes de Donald Trump. Una victoria política para Trump y un revés para quienes tratan de pedir asilo como refugiados en aquel país.
La Corte Suprema de aquel país puso el miércoles (11.09.2019) una nueva hilera de ladrillos avalando la aplicación de las restricciones al asilo impulsadas por el Gobierno de Donald Trump.
“¡GRAN VICTORIA en la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre asilo en la frontera!”, celebró Trump en su cuenta de Twitter.
Las restricciones obligan a los migrantes que quieren pedir asilo en Estados Unidos a realizar la solicitud desde un tercer país a lo largo de su ruta hacia la nación norteamericana.
Para Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del think tank The Dialogue, con sede en Washington, la decisión de la Corte Suprema tiene tres implicaciones fundamentales.
En primer lugar, “reafirma el capital político de Donald Trump dentro del Poder Judicial, que extiende la estrategia de expulsión y prevención de refugiados de la región” emprendida por el presidente estadounidense.
Además, se “fortalece físicamente la esfera geopolítica de Estados Unidos en México y el Triángulo Norte Centroamericano”. Pero, sobre todo, hay una tercera implicación, de carácter humano, y es que la regulación coloca en una situación aún más vulnerable a los centroamericanos que soliciten asilo en México y Guatemala, o a los cubanos y nicaragüenses que pidan asilo en Honduras.
“Es un riesgo para ellos porque Guatemala y Honduras no son países seguros que puedan garantizar la vida de la población. El nivel de victimización en estos países es altísimo”, dice Orozco. Deportaciones sin trabas Según acuerdos firmados por Estados Unidos con Guatemala y Honduras, la idea es que los guatemaltecos detengan a hondureños y salvadoreños y que Honduras detenga a cubanos y nicaragüenses.
Para el antropólogo mexicano Jorge Durand, profesor de la Universidad de Guadalajara y codirector del Mexican Migration Project, las restricciones migratorias de Trump suponen que “la deportación va a ser mucho más expedita.
Ese es uno de los objetivos de Trump: que no se entre en un proceso judicial largo y dilatado, porque las cortes están saturadas”. Para Durand, las medidas restrictivas afectan directamente a los migrantes en tránsito, procedentes sobre todo de África y Haití, y a los centroamericanos.
No a la migración mexicana, porque esta es básicamente laboral: los mexicanos son considerados migrantes económicos que no solicitan refugio y por ese motivo pueden ser deportados en cualquier momento. “El problema afecta también a las reunificaciones familiares, sobre todo de hondureños y guatemaltecos, porque son los últimos que se incorporan al flujo migratorio. En ese sentido, se va a reducir el flujo, porque las expectativas de conseguir refugio son cada vez menores”.
Además, Durand señala que se han ido restringiendo las circunstancias por las que los migrantes obtienen el estatus de refugiados: la violencia familiar ya no es motivo para obtenerlo, el hecho de que haya violencia en el país de procedencia tampoco… “Antes se podía litigar un tiempo en los juzgados, y eso le permitía a uno quedarse en Estados Unidos uno o dos años, pero ahora la deportación puede ser inmediata”, dice Durand.
Política exterior y control migratorio Por su parte, Manuel Orozco considera que “la expansión del muro más allá de la frontera contendrá cualquier esfuerzo de reunificación familiar irregular”. Al fin y al cabo “el aumento migratorio de 2019 es una consecuencia del anuncio del muro como proyecto electoralista, que apuró a muchas familias a reunificarse antes de su construcción”.
Por otro lado, Orozco señala que la política migratoria de Trump contradice la política exterior de EE.UU. hacia países como Cuba y Nicaragua, a los que la administración Trump considera dictaduras en las que se violan los derechos humanos. Ambos han sido sancionados y se ha reconocido que su migración es fruto de la represión de esos regímenes.
Sin embargo, sus migrantes serán frenados por Honduras. Durand admite esta incoherencia, pero apunta al respecto que, aunque Trump no se va a enfrentar a los cubanos de Miami ni a los republicanos cubanos que tienen una presencia política fuerte, la agenda antimigración tiene prioridad.
“El refugio está colapsado por la migración realmente masiva que se dio estos últimos meses, que creció de una manera importante, en buena parte por la política mexicana de visa humanitaria, que luego ha tenido que cambiar de manera radical y pasar hacer a una contención muy dura”.
Las amenazas por parte de Trump de imponer aranceles a México condujeron a este país a frenar de manera férrea a los migrantes que se dirigían hacia Estados Unidos, lo que ha tenido “graves consecuencias a nivel humanitario”, admite Durand.