Después de que investigadores en China publicaran la secuencia del genoma del coronavirus, el 21 de enero de 2020, científicos de todo el mundo se pusieron a trabajar en una vacuna. El primer candidato comenzó los ensayos en humanos el 16 de marzo.
DEUTSCHE WELLE
Vacuna contra el COVID-19: estas son las favoritas
Mientras el coronavirus tiene al mundo en vilo, los científicos tratan de desarrollar una vacuna viable, pero los investigadores advierten que desarrollar una vacuna efectiva podría llevar años.
Desarrollar una vacuna efectiva y segura contra el coronavirus podría llevar varios años, según expertos. (picture-alliance/AP Photo/University of Oxford)
Ahora se le unen casi otros 200, que están siendo monitoreados por la Organización Mundial de la Salud, 44 de las cuales ya pasaron a la fase a ensayos en humanos.
Normalmente se necesitan años para probar, producir e implementar vacunas. La vacuna más rápida que se haya llevado al mercado desde las pruebas clínicas, la vacuna contra las paperas, tardó cuatro años, en la década de 1960.
Los científicos que trabajan en vacunas contra el coronavirus esperan entregar una en un plazo de 12 a 18 meses. Y la OMS espera lanzar dos mil millones de dosis de una vacuna para fines de 2021.
Aún no se han aprobado vacunas contra el coronavirus para uso general a nivel internacional, pero varios candidatos han alcanzado las etapas finales de prueba.
Se basan en varios enfoques diferentes, incluidos los vectores de virus activos, inactivados, basados en ADN, ARN / ARNm y subunidades de proteínas, y hay tres fases de prueba que las vacunas deben pasar antes de enviarse a las autoridades reguladoras para su aprobación.
Aquí, un listado de las más avanzadas.
CoronaVac: Sinovac Biotech
CoronaVac, desarrollada por la firma china Sinovac Biotech, es uno de los tipos de vacunas inactivadas que corren hacia la meta. Se espera que los resultados del estudio de los ensayos de fase 3, que se están llevando a cabo actualmente con decenas de miles de voluntarios en Brasil, Turquía e Indonesia, estén disponibles en noviembre. Aunque los ensayos clínicos aún están en curso, CoronaVac fue aprobada para uso de emergencia en China a fines de agosto como parte de un programa para vacunar a grupos de alto riesgo, como los trabajadores médicos. Los resultados iniciales de los estudios en monos macacos mostraron que la vacuna produjo anticuerpos que neutralizaron 10 cepas de SARS-CoV-2. Los resultados de los ensayos en humanos de Fase 2 muestran que produjo anticuerpos sin reacciones adversas graves.
BNT162b2: Pfizer y BioNTech
BNT162b2 es una vacuna de ARN mensajero (ARNm) del dúo estadounidense-alemán Pfizer y BioNTech. Actualmente se encuentra en ensayos de fase 3 con 44.000 voluntarios en numerosos lugares del mundo con altas tasas de transmisión de coronavirus. Las pruebas preliminares en las dos primeras fases mostraron que la vacuna produce anticuerpos y respuestas de células T específicas a la proteína SARS-CoV-2. Los desarrolladores dicen que podrían saber a fines de octubre si la vacuna funciona o no, y tener datos suficientes para determinar su seguridad a fines de noviembre. Nunca se ha aprobado ninguna vacuna de ARNm para una enfermedad infecciosa, pero sus defensores dicen que podría ser más fácil de producir que las vacunas tradicionales.
ARNm-1273: Moderna
Otra vacuna de ARNm en proceso, el ARNm-1273 de Moderna, con sede en Estados Unidos, entró en su tercera fase con 30.000 personas a fines de julio. Los resultados iniciales de la Fase 1 mostraron que tanto los voluntarios jóvenes como los ancianos producían anticuerpos contra el coronavirus y reacciones de las células T. En el ensayo, la mitad de los voluntarios recibe una vacuna, mientras que la otra mitad recibe un placebo. Los desarrolladores podrán hacer un primer análisis cuando 53 personas en todo el grupo de voluntarios contraigan COVID-19 sintomático. La eficacia de la vacuna depende de si hay significativamente menos personas vacunadas que no vacunadas entre los 53 casos.
ChAdOx1 nCoV-19: AstraZeneca y Universidad de Oxford
ChAdOx1 nCoV-19 es una vacuna de vector viral en la Fase 3 de ensayos, y los desarrolladores tienen como objetivo reclutar 50.000 voluntarios. Los resultados iniciales de las dos primeras fases clínicas mostraron que la vacuna desencadenó una fuerte respuesta inmune, produciendo anticuerpos y respuestas de células T en voluntarios. El estudio se suspendió debido a una enfermedad inexplicable en un participante del Reino Unido, y desde entonces se ha reanudado en Brasil, Sudáfrica y el Reino Unido, aunque el ensayo en EE. UU. aún no ha comenzado.
Ad26.COV2-S: Johnson & Johnson
Johnson & Johnson, que también está produciendo una vacuna adenovectora, reclutando alrededor de 60.000 personas en varios países diferentes, detuvo los ensayos el 12 de octubre, diciendo que una enfermedad inexplicable requería una revisión de seguridad independiente. No es raro que se impongan pausas en los ensayos clínicos, pero no es frecuente que se informe sobre ellas. Los resultados de los ensayos con animales mostraron que la vacuna produjo anticuerpos “robustos neutralizantes” en macacos y proporcionó “protección completa o casi completa” después de una sola dosis.
Sputnik V: Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Gameleya
La Sputnik V, de Rusia, basada en dos vectores de adenovirus, también ha llamado la atención de la opinión pública, después de que el gobierno ruso la aprobara para uso general, el 11 de agosto, sin completar las pruebas de Fase 3. Los resultados de los dos primeros ensayos mostraron una fuerte respuesta inmunitaria entre los 76 participantes.
Las pruebas de vacunas no terminan en la fase 3
Si bien la velocidad a la que avanzan estas vacunas no tiene antecedentes en la historia de la vacunación de la humanidad, los expertos advierten que todavía tenemos un largo camino por recorrer para lograr una vacuna segura y eficaz.
Aunque los ensayos clínicos pueden demostrar que una vacuna es segura y eficaz entre decenas de miles, e incluso cientos de miles de personas, no es posible que estos ensayos abarquen todos los efectos secundarios que podrían presentarse en ciertas personas, o después de un período prolongado.
Por eso, incluso después de que se haya implementado una vacuna, es fundamental monitorear la seguridad y eficacia de la misma, dijo a DW Naor Bar Zeev, subdirector del Centro Internacional de Acceso a Vacunas en la Escuela de Salud Pública John Hopkins Bloomberg, en los EE. UU.
“Nunca hay certeza”, señaló Bar Zeev. Esta vigilancia continua a veces se denomina “Fase 4” en los ensayos clínicos, y puede llevar muchos años.
“Creo que la expectativa del público es que, una vez que haya una vacuna disponible, volveremos a la vida como era antes: dejaríamos de usar máscaras, no necesitaríamos el distanciamiento social. Pero eso es un error de juicio sobre lo que puede lograr una vacuna, al menos en la fase inicial”, subrayó Bar Zeev, enfatizando que la entrega y la evaluación continua de la difusión y del uso generalizado de la vacuna es un proceso largo.