Las potencias mundiales piden un acuerdo político que incluya un gobierno de unión, para poner fin a un desorden propicio al florecimiento de las bandas armadas y los yihadistas del Estado Islámico (EI).
En esa línea, un grupo de diputados libios de ambos parlamentos firmaron este jueves en Skhirat, cerca de Rabat, un acuerdo propiciado por la ONU.
“Es un día histórico para Libia”, declaró el emisario de la ONU Martin Kobler, durante la ceremonia en que se firmó el acuerdo, la cual contó con la presencia de diplomáticos y ministros de Exteriores árabes y europeos.
Según participantes, unos 80 de los 188 miembros del parlamento de Tobruk (este), reconocido por la comunidad internacional, y unos 50 de los 136 diputados del Congreso General Nacional (CGN), con sede en Trípoli, firmaron el acuerdo.
Sin embargo, Nuri Abu Sahmein, presidente del CGN en Trípoli, apoyado por una coalición de milicias y no reconocido por la comunidad internacional, había dicho el miércoles que los firmantes no representaban a las dos cámaras rivales.
“El que no ha recibido el mandato del Congreso General Nacional para firmar un acuerdo en su nombre no tiene ni tendrá legitimidad”, declaró Abu Sahmein.
El gobierno de unión, tal cual lo propone la ONU, “no tiene consenso y no garantiza ni siquiera lo mínimo para asegurar su eficacia”, agregó Abu Sahmein.
El martes en Malta, Abu Sahmein se había entrevistado con Aguila Saleh, presidente del parlamento reconocido por la ONU e instalado en Tobruk.
En una rueda de prensa conjunta, los presidentes de ambos parlamentos dejaron claro que quienes firmaran este jueves el acuerdo en Marruecos lo harían a título personal y no en nombre de las respectivas asambleas.
Ante esta confusión, la misión de la ONU para Libia no dijo cómo pensaba hacer para aplicar el acuerdo.
Para Kobler, el acuerdo de Skhirat favorece una solución de la crisis y una ayuda extranjera a Libia, en particular militar para combatir el terrorismo.
Según él, debe haber un gobierno de unión nacional para levantar un embargo sobre la venta de armas al país, que según el gobierno reconocido a nivel internacional está perjudicando la lucha contra el EI.
Kobler explicó que podría haber “asistencia externa” en la lucha antiyihadista en Libia, si así lo solicita un gobierno de unión nacional.
El primer ministro británico, David Cameron, estimó por su parte que “ahora la comunidad internacional podía tratar con un solo gobierno representativo (…) en la lucha contra Dáesh y los traficantes de migrantes”, usando el acrónimo árabe del EI.
El canciller francés Laurent Fabius consideró que un gobierno de unidad nacional es una “condición para hacer retroceder al terrorismo”.