Durante la concrentación, celebrada en las afueras de la Asamblea Nacional y que transcurrió sin incidentes, los disidentes hicieron un llamado a abstenerse de participar en esos comicios, en los que los gobernantes sandinistas son favoritos, según las encuestas.
“No hay por quién votar, ni por qué votar”, dijo durante la protesta la exguerrillera sandinista Dora María Téllez, fundadora del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), al que el Poder Electoral le canceló su personalidad jurídica en junio del 2008 previo a unas elecciones municipales.
“Ya no hay un proceso electoral, lo que hay es un fraude electoral que Daniel Ortega cometió. Él ya se robó las elecciones” al eliminar las posibilidades del principal bloque opositor, señaló Téllez, que fue ministra de Salud durante el primer régimen sandinista (1979-1990).
Los manifestantes alzaron pancartas y gritaron consignas como: “Porque mi voto es mío, yo no voto en la farsa electoral” y “Basta ya, no más dictadura”.
También repartieron volantes a los vehículos que pasaban por el lugar y colgaron mantas en los muros de la Asamblea Nacional, que hacían alusión a sus reclamos.
En la protesta, además de los sandinistas, participaron miembros del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) , crítico con el Gobierno.
“Estamos aquí para denunciar la dinastía”, dijo la líder del MAM Azalea Solís, en alusión a la candidatura presidencial de Ortega junto a su esposa, Rosario Murillo, como aspirante a la Vicepresidencia.
“Estamos aquí para denunciar el partido único”, que a su juicio quiere instaurar Ortega con el sandinismo, “y también para denunciar el inmovilismo, porque esto nos lleva a no ser ciudadanos”, apuntó la dirigente.
El 6 de noviembre próximo los nicaragüenses elegirán a un nuevo presidente, vicepresidente, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.
El principal bloque opositor, al que pertenecen los disidentes sandinistas, no participará en las elecciones, golpeado por una serie de fallos judiciales que lo dejó sin su principal organización, el Partido Liberal Independiente (PLI) .
Por tanto, consideran que los comicios de noviembre serán una “farsa” en la que Ortega se validará gracias a la complicidad del resto de partidos minoritarios que sí competirán con el sandinismo, favorito según los sondeos.