Trump hizo estas declaraciones el mismo día en que la Corte Suprema evalúa la validez de tres demandas que buscan bloquear la orden ejecutiva que elimina la ciudadanía por nacimiento a hijos de padres indocumentados o con visa temporal en el país, firmada por el mandatario en enero, tras retornar a la Casa Blanca.
“La ciudadanía por nacimiento trata de los hijos de esclavos. Como prueba concluyente, la guerra civil terminó en 1865; el proyecto de ley llegó al Congreso menos de un año después, en 1866, y se aprobó poco después. No tenía nada que ver con la migración ilegal de personas de todas partes del mundo que quieren estafar a nuestro país, algo que han hecho durante muchos años”, escribió Trump en un mensaje en su red social Truth Social.
“Por favor, explíquenle esto a la Corte Suprema de los Estados Unidos“, prosigue el texto, el cual insiste en que en 1866 su país no contaba con “una afluencia masiva de personas desde toda Sudamérica y el resto del mundo”.
El presidente aseguró que “la ciudadanía por nacimiento no fue concebida para que quienes se toman vacaciones para obtener la ciudadanía permanente de Estados Unidos, trayendo a sus familias con ellos, riéndose constantemente de lo ingenuos que somos”.
Trump afirmó además que “Estados Unidos es el único país del mundo que hace esto, y nadie sabe por qué”, pese a que más de 30 países otorgan la ciudadanía por nacimiento.
El presidente estadounidense añadió que “a los cárteles de la droga les encanta” la situación en EE. UU. y afirmó: “Somos, por ser políticamente correctos, un país estúpido, pero, en realidad, esto es exactamente lo contrario de ser políticamente correcto, y ese es otro factor que contribuye a la disfunción de Estados Unidos”.
El decreto firmado por Trump en enero fue impugnado por tres jueces federales en Maryland, Washington y Massachusetts, quienes determinaron, en fallos separados, que el presidente no puede cambiar ni limitar la Constitución mediante un decreto, y ordenaron un bloqueo temporal a escala nacional mientras se resuelve el caso.
El Gobierno ha solicitado al Supremo que lo analice. Los magistrados —seis conservadores y tres liberales— se centrarán únicamente en si los tribunales inferiores tienen la autoridad para bloquear una orden presidencial a escala nacional.
La opinión del Supremo podría repercutir en decenas de demandas interpuestas contra la Administración por organizaciones en defensa de los derechos civiles y de inmigrantes, ya que sentaría un precedente que podría limitar o cimentar el alcance legal de las cortes menores en asuntos nacionales.