“Todos los indicios llevan a pensar que cayeron bajo el hielo”, señaló, indicando que en ese caso el ambiente polar haría imposible la recuperación de los cuerpos.
Los dos holandeses, Marc Cornelissen y Philip de Roo, estaban investigando el espesor de los hielos desde hace un mes en el norte del círculo Ártico. Su misión debía durar dos meses.
El 29 de abril integrantes de su equipo recibieron un mensaje de auxilio de ambos investigadores.