Las variantes de preocupación son aquellas sobre las cuales existe evidencia de que pueden causar una mayor transmisibilidad, casos más graves de la enfermedad, reducción de los anticuerpos generados durante una infección anterior o la vacunación y disminuir el efecto de las vacunas.
El pasado 12 de mayo, la ECDC elevó a esta categoría a los sublinajes BA.4 y BA.5 de ómicron. Se detectaron por primera vez en Sudáfrica en enero y febrero de este año, respectivamente, y desde entonces se han convertido en las variantes dominantes allí.
Su dispersión también ha alcanzado otros países como Portugal, que en las últimas semanas reportó una tendencia creciente de casos. Según el Instituto Nacional de Salud de dicho país, BA.5 representa el 37 por ciento contagios al 8 de mayo y se prevé que se convierta en la variante dominante esta semana.
Su alta transmisibilidad probablemente se deba a su capacidad para evadir la protección inmunitaria inducida por la infección o vacunación previa, especialmente si esta ha disminuido con el tiempo, afirma la ECDC.
La buena noticia es que, de momento, no hay indicios de que BA.4 y BA.5 provoquen enfermedad más grave en comparación con los linajes anteriores de ómicron. Sin embargo, el aumento de casos sí podría presionar a los sistemas de salud con un aumento de hospitalizaciones.
“Según los datos limitados actualmente disponibles, no se espera un aumento significativo en la gravedad de la infección en comparación con los linajes circulantes BA.1 y BA.2. Sin embargo, como en oleadas anteriores, si el número de casos de covid-19 aumenta sustancialmente, es probable que siga un cierto nivel de aumento de las admisiones en hospitales y UCI (Unidad de Cuidados Intensivos)”, concluye la ECDC.
¿Cuáles son posibles atributos de las variantes de preocupación?
Según la CDC, además de las características de una variante de interés, las de preocupación pueden tener los siguientes atributos:
- Evidencia del impacto sobre el diagnóstico, los tratamientos o las vacunas
- Interferencia generalizada con los objetivos de las pruebas de diagnóstico
- Evidencia de susceptibilidad sustancialmente menor a una o más clases de tratamiento
- Evidencia de neutralización significativamente menor por los anticuerpos generados durante una infección previa o la vacunación
- Evidencia de una menor protección inducida por la vacuna ante enfermedades graves
- Evidencia de mayor transmisibilidad
- Evidencia de mayor gravedad de la enfermedad