Después de una reunión con el embajador iraquí ante la ONU, Mohamed Ali Alhakim, para ser informada sobre el potencial desastre, la embajadora estadounidense, Samantha Power, llamó a todos los países de la ONU a tomar medidas inmediatas.
“Es crucial que todos los estados miembros de la ONU rápidamente se informen sobre la magnitud del problema y la importancia de la rapidez para impedir una catástrofe humanitaria de proporciones épicas”, dijo Power.
Esta represa del norte de Irak fue construida con unas fundaciones inestables que continuamente se erosionan, y una interrupción en el mantenimiento necesario después de que el grupo yihadista Estado Islámico la capturara en 2014, debilitó la ya defectuosa estructura.
Power dijo que los trabajos de reparación deben ser iniciados lo antes posible y que los iraquíes deben ser bien informados sobre las mejores rutas de evacuación.
La empresa italiana Trevi ha sido seleccionada para ejecutar las cruciales obras de reparación de la represa, la cual está actualmente protegida por las fuerzas kurdas.
Un llamado de la ONU para ayudar a Irak ha recibido solo el 8% de los 861 millones de dólares necesarios para los trabajos, agravando las preocupaciones.