Durante los 54 años de historia de la observación electoral de la OEA, EEUU “ha sido central” a la hora de financiar misiones en los comicios de los países latinoamericanos, pero nunca había permitido que la organización examinara los suyos propios.
“Establece un precedente que da a Estados Unidos más legitimidad cuando urge a otros gobiernos del continente a invitar a la OEA a observar sus elecciones” , comentó el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter.
Estados Unidos sí ha permitido, igual que hará este año, la observación electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) , entidad a la que también pertenece.
En la OSCE los miembros aceptan automáticamente por una cláusula la observación electoral, mientras que en la OEA cada país puede decidir si invita o no a la organización a supervisar sus comicios.
Preguntado acerca de los motivos que le hacen ahora abrir la puerta a la OEA, el Departamento de Estado se limitó a decir que recibe la observación de la organización como “una oportunidad de demostrar la dedicación y el apoyo de Estados Unidos a esta importante función de la institución” .
“Valoramos enormemente el importante trabajo de la OEA para promover elecciones libres y justas en la región, y hemos invitado a la OEA a observar nuestro proceso electoral este otoño” , aseguró a Efe un portavoz del Departamento de Estado en una declaración.
En la OEA, Guerrero agradece este “gesto de confianza” hacia la organización y constata, sin entrar en valoraciones, que la apertura de EEUU al escrutinio de la organización coincide con “una elección muy competida, que ha sido motivo de atención mundial, porque es una elección polarizada” .
El candidato republicano a la Presidencia, Donald Trump, ha dicho en numerosas ocasiones que teme que haya fraude contra él en estados clave como Pensilvania, sobre todo a través de los sistemas de voto electrónico.
Las modalidades de votación serán uno de los elementos que la OEA estudiará, junto al registro de electores, la financiación de las campañas, la inclusión de las minorías, la equidad de género y el papel de los medios de comunicación.
“En Estados Unidos, el fraude abierto en el proceso electoral es muy raro, pero hay continuas controversias sobre la financiación de las campañas, las leyes de identificación de los votantes, la descentralización y los inconsistentes mecanismos y tecnología de voto” , apuntó Shifter.
En función de los fondos que recaude la misión, que no pueden ser de EEUU, la OEA determinará el número de observadores que puede desplegar en un país donde la gran extensión y la descentralización de las reglas electorales suponen importantes retos.
La organización está ahora “en pleno proceso de petición y discusión” con las autoridades estatales, teniendo en cuenta que once estados limitan o prohíben la presencia de observadores internacionales.
Estos estados, algunos de los cuales ya pusieron trabas a la observación de la OSCE en años anteriores, son Arizona, Texas, Oklahoma, Arkansas, Luisiana, Indiana, Misisipi, Alabama, Tennessee, Ohio y Connecticut.
La OEA quiere tener observadores al menos en un estado fronterizo con México, en otro fronterizo con Canadá y en las dos costas.
La misión, que dirige la expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, utilizará para la observación en EEUU la misma metodología y principios que en las más de 240 experiencias que lleva a sus espaldas en 26 países del continente desde que comenzó sus tareas de supervisión electoral en 1962.
Con la incorporación de Estados Unidos este año, quedan siete países donde la OEA no ha enviado misiones de observación electoral: Argentina, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Trinidad y Tobago y Uruguay.
Guerrero interpreta esta “apertura” estadounidense como un reconocimiento al secretario general de la organización, Luis Almagro, “por su contribución al debate democrático en el último año y medio” , desde que llegó al cargo en mayo de 2015. EFE