“El pueblo estadounidense homenajea a todos aquellos armenios que fallecieron en el genocidio que comenzó hace hoy 106 años”, dijo Biden en su declaración.
El presidente utilizó dos veces en el comunicado la palabra “genocidio”, cumpliendo así una de sus promesas electorales y llevando a término una fuerte campaña de presión de congresistas y grupos de estadounidenses de origen armenio que llevan años pidiendo que se use ese término.
En 2019, tanto la Cámara Baja como el Senado de Estados Unidos aprobaron medidas en las que describían como “genocidio” la masacre de 1915, a pesar de las advertencias del Gobierno turco de que eso dañaría gravemente las relaciones bilaterales.
Turquía reconoce la muerte de civiles armenios durante los intentos de deportación en 1915, pero los encuadra en un contexto bélico con Rusia en el este de Anatolia durante la I Guerra Mundial, y se niega tajantemente a aceptar el término de genocidio.
Biden explicó en su comunicado que su intención era “honrar” la memoria y el “dolor” de los inmigrantes armenios que llegaron a Estados Unidos tras la masacre, y de sus descendientes, que nunca olvidaron esa “trágica historia”.
“No hacemos esto para echar culpas, sino para asegurar que lo que ocurrió no se repite nunca”, subrayó.
El mandatario estadounidense destacó que el respeto a los derechos humanos es una de sus prioridades, así como construir “un mundo que no esté manchado por los males diarios de la intolerancia”.
“Renovemos nuestra determinación compartida de prevenir que ocurran atrocidades en el futuro, en cualquier lugar del mundo, y de potenciar la sanación y reconciliación”, concluyó Biden.
Estados Unidos se convierte así en el trigésimo país que reconoce hasta ahora como genocidio lo ocurrido hace más de un siglo, incluidos varios de Europa y Latinoamérica, además de Rusia y Siria, dos enemigos de Ankara.
Según fuentes oficiales, la decisión de Biden no derivará en la imposición de sanciones a Turquía, a pesar de que Estados Unidos forma parte de la convención de la ONU contra el genocidio de 1948, que pide a los Estados castigar ese crimen.
No obstante, sí se espera que debilite la relación con Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, mantuvo una relación cálida con el expresidente Donald Trump, pero bastante fría con Biden cuando era vicepresidente de Barack Obama, entre 2009 y 2017.
Hasta ahora, ningún presidente estadounidense en ejercicio había calificado oficialmente la matanza como genocidio, aunque Ronald Reagan (1981-1989) usó una vez esa palabra para referirse a la matanza armenia en una proclamación sobre el Holocausto nazi.