“Nuestras fuerzas avanzan en la ciudad” aseguró el presidente afgano Ashraf Ghani, que cumple estos días su primer aniversario en el poder.
Sin embargo, los detalles eran escasos en las primeras horas del ataque.
“La batalla está en marcha. Las fuerzas afganas se enfrentan a la resistencia de los talibanes pero logran avanzar” , dijo Sayed Sarwar Hussaini, portavoz de la Policía de la provincia de Kunduz.
“Ya se han recuperado la sede central de la policía y la cárcel de la ciudad” , agregó por su parte el ministerio de Defensa.
El ejército afgano movilizó efectivos de otras provincias y a sus fuerzas especiales, que instalaron su base en el aeropuerto de Kunduz, la estratégica ciudad de 300 mil habitantes en la carretera entre Kabul y Tayikistán.
El ejército afgano ya no puede contar con el apoyo terrestre de la OTAN, cuyos 13.000 soldados en Afganistán se dedican exclusivamente a una tarea de consejo y formación.
En cambio, las fuerzas armadas estadounidenses, que regularmente atacan con drones a los insurgentes en el este del país, aportaron un apoyo aéreo al ejército afgano.
Las tropas afganas aparecen desbordadas por los insurgentes islamistas, que liberaron a “centenares de presos” , entre ellos muchos de sus combatientes, al tomar Kunduz el lunes.
– Situación caótica –
Los talibanes exhortaron a los habitantes de Kunduz a seguir con la vida de todos los días, para ganarse la simpatía de la población civil.
Sin embargo, un empleado de una ONG dijo que los talibanes habían derribado la puerta de la sede y que “habían robado el material de otras organizaciones” .
En un video difundido en Facebook se puede ver como alzan una bandera blanca de su movimiento y aseguran que quieren aplicar la sharia, la ley islámica. Los islamistas en las imágenes aseguran también que están dispuestos a conceder una “amnistía general” a los soldados que desierten.
“La situación es caótica. No puedo hablarle, me estoy subiendo a un helicóptero para irme” , dijo a la AFP Safiullah, un representante local.
Los talibanes “tomaron el control del hospital municipal de Kunduz, de 200 camas” , indicó un responsable tribal.
Desde el lunes hubo 16 muertos en Kunduz, dijo el ministerio de Salud de Afganistán, sin precisar si se trataba de civiles o soldados.
Por su parte, un responsable del ministerio del Interior había dado cuenta de dos policías, cuatro civiles y 25 talibanes muertos.
El retorno de los talibanes preocupa a las mujeres, que temen que vuelvan a aplicar un política discriminatoria.
“Tenemos miedo de salir a la calle, de ser golpeadas por los talibanes” , dijo Sadiqa Sherza, una mujer que dirige una radio.
Se trata de “una gran victoria” , declaró el jefe de los talibanes, el molá Ajtar Mansur, que remplazó al fallecido Omar.
Esa victoria le permite reafirmar su autoridad frente a la familia del molá Omar, que había cuestionado su designación al frente del movimiento.
“Quizás no podamos mantener el control de la ciudad a largo plazo, pero es una respuesta al gobierno afgano que afirma que sólo tenemos fuerza en la zona fronteriza con Pakistán” , en el este de Afganistán, dijo un comandante talibán instalado en la ciudad paquistaní de Peshawar.
Kunduz es un centro comercial estratégico, situado a menos de 100 km de la frontera con Tayikistán, que los talibanes ya habían atacado en dos ocasiones este año.
Además de la guerrilla de los talibanes, que nunca cesó desde 2001, las fuerzas policiales y militares deben luchar contra milicianos del Estado Islámico (EI) , cada vez más presentes en Afganistán.
El domingo pasado, militantes del EI lanzaron una primera gran ofensiva contra la policía afganas en la ciudad de Nangarhar, matando a dos policías.