En el domicilio de Burgos López, en la localidad de Lake Wales, la Policía halló seis calaveras, una mano, parte de un brazo y otros huesos grandes.
La profanación de las tumbas tuvo lugar el 6 de diciembre en el cementerio Edgewood de la ciudad de Mount Dora y acaparó los titulares de los medios locales.
Una madre y su hija que pasaban cerca del cementerio vieron cuatro tumbas abiertas y una a medio abrir y avisaron a la Policía.
En el cementerio, los investigadores recolectaron una serie de elementos, incluidas colillas de cigarrillos, que fueron sometidas a pruebas genéticas para dar con el autor o autores de la profanación.
Al cotejar los resultados con la base de datos, una de las muestras apuntó a Montalvo Tolentino, residente en Davenport.
La Oficina del Alguacil del condado de Polk, vecino a Lake, obtuvo el 6 de enero una orden judicial para tomarle una muestra a Montalvo y compararla con la tomada en el cementerio.
En una entrevista con detectives de la Policía, Tolentino confesó que fue al cementerio de Mount Dora junto con Burgos López y este abrió algunas tumbas y extrajo restos para usarlos en ceremonias rituales.
La noche del miércoles 6 de enero los detectives del condado Polk obtuvieron una orden judicial para entrar a la casa de Burgos López y registrarla y así hallaron los restos en lo que parecía un lugar de culto, tras lo cual ambos fueron detenidos y encarcelados.
Se les impuso una fianza de US$40 mil cada uno.
Solo cuatro de las calaveras fueron extraídas de las tumbas profanadas en Mount Dora, las otras dos fueron obtenidas en otro lugar no especificado.
“Lo sucedido es realmente raro. Probablemente sea el caso más extraño que hayamos visto en el condado Lake”, dijo el portavoz de la Oficina del Alguacil de Lake John Herrell.