Luego de la última captura de “El Chapo” se pudo observar el lado más humano del narcotraficante mexicano, a pesar de los múltiples crímenes que cometió a lo largo de su vida.
Mientras Joaquín Guzmán esperaba su extradición a Estados Unidos, la criminóloga Mónica Ramírez Cano charló con el ex jefe del Cártel de Sinaloa sobre su vida personal, su infancia y sus miedos.
Durante esta charla, la cual sirvió para armar un perfil psicológico del capo del narcotráfico, “El Chapo” Guzmán reveló las dos peores experiencias que tuvo a lo largo de su vida.
Según Joaquín Guzmán Loera, haber crecido rodeado de pobreza le afectó en gran manera debido a que su infancia en Sinaloa fue muy dura debido a esta problemática.
“Ese sí es un problema que me cala hondo, porque yo me crié así, ya lo traigo en la sangre”, indicó.
De igual manera, “El Chapo” aseguró que esta dura experiencia hizo que de adulto intentara ayudar a las personas más desfavorecidas al entregarles víveres, ropa y dinero para salir adelante y vencer la pobreza extrema.
“Hay mucha gente que necesita operarse de algo, que no tiene para pagar, yo les regalo la operación, les pongo el avión para que vayan a donde tengan que ir, por ejemplo, quien tiene cáncer, nombre no, su tratamiento es muy caro, yo se los pago”. confesó.
Finalmente, Joaquín “El Chapo” Guzmán abrió su corazón y habló sobre la que fue la peor experiencia que tuvo a lo largo de su vida: la muerte de su hijo Édgar Guzmán López.