Los miembros de la Cámara y el Senado se vieron obligados a entenderse para evitar que la agencia se quedara sin fondos, después de que hubieran fallado anteriores intentos para financiarla por un período más largo.
El Congreso, de mayoría republicana, fue capaz finalmente de reunirse y aprobar, con el voto de 357 legisladores, contra 60, la financiación de la agencia por una semana, tras un voto más amplio del Senado.
La medida deberá ser aprobada por la Casa Blanca, que pretendía una aprobación del presupuesto de la agencia hasta el fin del año fiscal, el 30 de septiembre. Los analistas piensan, no obstante, que el presidente Barack Obama aceptará esta transacción de último momento.
El financiamiento del DHS se había convertido en terreno de una intensa disputa entre los dos principales partidos del país. Los republicanos, mayoritarios en ambas cámaras, estaban dispuestos a votar los fondos para esta agencia si el presidente Obama abandonaba su proyecto de reforma de las leyes migratorias y de legalización de cinco millones de inmigrantes indocumentados.
El Senado había aprobado en la tarde del miércoles un proyecto que aseguraba el financiamiento del departamento por un año sin contrapartida alguna en materia de inmigración.
Pero los dirigentes republicanos decidieron votar una medida que preveía una financiación por tres semanas de los servicios de protección de fronteras, el Secret Service (que protege al presidente, entre otras altas figuras) y los controles de pasajeros en los aeropuertos, dejando a los diputados la posibilidad de oponerse a la reforma del presidente. De manera inesperada, los diputados del Congreso votaron mayoritariamente en contra de esa propuesta.