En 1993, tras varios meses prófugo de la justicia, el reinado de terror de Pablo Escobar llegó a su fin luego de ser abatido por el Grupo de Búsqueda mientras intentaba escapar por el tejado de una casa ubicada en Medellín.
A lo largo de los años, han surgido varias historias relacionadas a la muerte del capo del narcotráfico, ya que muchas personas aseguran que la policía colombiana no fue la responsable de su asesinato.
Esta teoría podría verse reforzada por las declaraciones de Edgar Jiménez Mendoza, amigo de la infancia de Pablo Escobar, quien aseguró que la muerte del narcotraficante se dio en condiciones totalmente opuestas a las que indicaron las autoridades de Colombia.
Por medio de una entrevista con la Agencia Anadolu, el amigo de Pablo Escobar indicó que el narcotraficante se suicidó para no ser atrapado por las autoridades colombianas y evitar pasar el resto de sus días en prisión.
“La familia de Pablo dice que Pablo se suicidó, y eso es lo que yo creo, porque Pablo en muchas conversaciones decía que no se dejaba atrapar vivo. Esta es la versión de Roberto Escobar, su hijo, y la mía”, confesó.
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registrando la muerte de Pablo Escobar Gaviria el 2 de diciembre de 1993.Aporte @dan_ichu pic.twitter.com/nqeteUi8hb
— Historia de Colombia (@colombia_hist) December 20, 2020
Mendoza también indicó que el fallecimiento del entonces jefe del Cártel de Medellín no terminó con el narcotráfico en Colombia, como en su momento llegó a pensar el Gobierno.
“Y mira, así fue, ya vamos para 29 años de la muerte de Pablo y el narcotráfico continúa. La única forma que hay para que termine, y EEUU lo sabe, es quitar la prohibición de las drogas. Pero detrás del negocio del narcotráfico está el negocio de las armas, el de los insumos químicos, el financiero, el bancario. Por eso ellos no tienen ningún interés en que el tráfico de drogas termine”, estableció.
Finamente, Mendoza recordó la ocasión que vio a Pablo Escobar tras 15 años de no saber de él, cuando en 1980, gracias a un amigo en común, fue invitado a la Hacienda Nápoles cuando el capo del narcotráfico era la quinta persona más rica del mundo según la revista Forbes.
“Pablo me saludó con mucha felicidad, muy efusivo y me preguntó qué hacía yo, a qué me dedicaba. Entonces le dije que era fotógrafo, y me contrató para tomar fotos al zoológico de Nápoles, a los animales. Ahí empecé a ser el fotógrafo personal de Pablo”, concluyó.