Ocho militares y un agente federal murieron en septiembre de ese año tras un ataque armado contra un helicóptero, según una reciente publicación de la cadena Univisión Noticias.
De acuerdo con el reporte, la aeronave sobrevolaba una de las montañas de Jalisco, donde ha operado el sanguinario y poderoso cartel Jalisco Nueva Generación.
Las autoridades inspeccionaban la zona en busca del jefe narcotraficante Nemesio Oseguera, el Mencho.
Pero un detalle ha revelado el alcance de las armas ofensivas con las que cuentan los narcos: la aeronave fue derribada por un fusil Barret, calibre 50, de acuerdo con la publicación.
Según las pesquisas, el narcotraficante Erick Flores fue quien por una cantidad de US$66 mil habría adquirido en 2013 el fusil de francotirador Barret, así como varios AK-47 y una pistola calibre 38.
Más tarde, otro de sus cómplices también habría comprado otros tres Barrets, y varios rifles de guerra, por un valor de US$38 mil.
El hecho fue por entonces uno de los más violentos, pues el helicóptero cayó después de haber sido averiado por la poderosa arma en la región en la que se escondía el Mencho.
De acuerdo con la información, solo un oficial sobrevivió y nueve agentes perdieron la vida.
El grupo Enigma Norteño en su narcocorrido ¿Van a querer más? menciona el derribo del “boludo” (así es como los narcos se refieren a los helicópteros militares).