Javed Akram, profesor de medicina en el Instituto de Ciencias Médicas de Pakistán, dijo el jueves último que desconoce qué está causando estos síntomas.
“Tomamos este caso como un reto. Nuestros médicos están haciendo pruebas para determinar por qué estos niños están activos durante el día pero no pueden abrir los ojos, porque no pueden hablar o comer cuando el sol se pone”, dijo durante una visita a sus pacientes en el hospital.
El Gobierno corre con los gastos del tratamiento de los dos menores, que proceden de una familia pobre, explicó Akram.
Los hermanos están siendo sometidos a exhaustivos ensayos médicos en la capital del país, Islamabad, y muestras de su sangre fueron enviadas a especialistas en el extranjero para realizar más exámenes.
Los investigadores recopilan también muestras de la tierra y el aire en la localidad donde reside la familia.
Mohammad Hashim, el padre de los niños, procede de un pueblo próximo a Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán, en el suroeste del país.
Él y su esposa son primos hermanos y dos de sus seis hijos fallecieron a temprana edad. Sus otros dos vástagos no muestras síntomas extraños.
Su teoría es simple: “Creo que mis hijos reciben energía del Sol”.
Pero los médicos han descartado esta hipótesis alegando que los niños pueden moverse durante el día aunque estén recluidos en un sitio oscuro o durante una tormenta.
Durante el día, Shoaib Ahmed, de 13 años, y Abdul Rashid parecían activos, enérgicos y alegres al salir de su habitación de hospital el viernes para ir a una cantina cercana a tomar un té.
“Seré maestro”, dijo Shoaib Ahmed, mientras su hermano pequeño manifestó su deseo de convertirse en un estudioso del islam.