El recurso fue el último intentado por el titular de la Abogacía General del Estado, José Eduardo Cardozo, para frenar el proceso e impedir la votación en el Senado, en donde hay una clara mayoría en favor de enjuiciar a la jefe de Estado.
En su recurso, Cardozo alegó que todo el proceso es resultado de un “desvío de finalidad” cometido en diciembre por el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, un declarado adversario de Rousseff que aceptó a trámite las denuncias contra la presidenta y cuyo mandato fue suspendido la semana pasada por la máxima corte debido a las acusaciones de corrupción que enfrenta.
Según la Abogacía General, Cunha actuó por “venganza” debido a que el oficialismo le negó los votos necesarios para impedir la apertura de un proceso interno en la Cámara baja que puede costarle el mandato.
En la decisión en que rechazó el recurso, Zavascki alegó que los alegatos de que Cunha actuó por venganza están basados en informaciones periodísticas que pueden ser muy fácilmente contestadas.
“Es un momento muy importante y decisivo para la democracia brasileña y también para la historia de este país, que dirá cuánto de violencia contra la mujer y de prejuicio ha habido en todo este proceso ilegal. Lo que hemos logrado es sólo el comienzo. Tenemos mucho para conquistar todavía y no se permitirá ningún retroceso”, Dilma Rousseff.
“No hay cómo identificar en un sinfín de titulares un conjunto probatorio capaz de demostrar, de forma jurídicamente incontestable, que aquellas iniciativas (del presidente de la Cámara) hayan superado los límites de la oposición política, que es legítima, y hayan herido la validez del proceso de impeachment (juicio político)” , aseguró el magistrado.
La sentencia agrega que todos los actos del presidente de la Cámara de Diputados fueron refrendados en diferentes instancias del Congreso, lo que le da legitimidad a todo el proceso y no permite que sea calificado como un acto “solitario” de un diputado.
“Considerando los límites de cognición judicial de la materia, no hay cómo atestar que son suficientemente plausibles las alegaciones de que el impulso inicial que el proceso recibió del presidente de la Cámara de Diputados tenga el poder de contaminar todas las demás decisiones de sus colegas” , afirmó el magistrado.
Poco antes de que Zavascki diera a conocer su decisión, el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) intentó detener la sesión abierta en el Senado para decidir el futuro de Rousseff con el argumento de que sólo podría proseguir luego de que la corte se pronunciara sobre el recurso presentado por el Gobierno.
El propio presidente de la Cámara alta, Renán Calheiros, se negó a paralizar la sesión con el argumento de que sentencias previas de ese tribunal constitucional han avalado la legitimidad del proceso.
Para que sea aprobada la apertura del juicio político contra la mandataria serán necesarios al menos 41 votos entre los 81 senadores, aunque todos los sondeos previos apuntan a que unos 50 legisladores se inclinarán en favor del proceso.
De ser así, Rousseff sería notificada mañana de la decisión y a partir de ese momento quedaría suspendida durante los 180 días que puede durar el proceso.
Su cargo será ocupado en forma interina por el vicepresidente Michel Temer, que se prepara para asumir el poder con un nuevo gabinete y una orientación ideológica diametralmente distinta y de corte liberal.
Si al cabo del proceso Rousseff fuera absuelta, recuperaría el cargo, pero en caso de que sea finalmente destituida, Temer deberá completar el mandato y entregar el poder el 1 de enero de 2019 al ganador de las elecciones previstas para octubre de 2018
Cansada de los “desleales y traidores”
En las que pueden ser sus últimas palabras como mandataria en un acto público, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó el martes que está “cansada de los desleales y los traidores, pero no de luchar”.
Rousseff animó a las miles de asistentes a una conferencia sobre políticas para las mujeres a “luchar”, porque Brasil “también está cansado de los desleales, los traidores y los golpistas”.
La respuesta del auditorio fue inmediata, con un coro que gritó “no habrá golpe, habrá lucha”, una frase que se ha convertido en un himno en todas las manifestaciones de apoyo a la mandataria.
Rousseff volvió a negar que las maniobras fiscales irregulares que se le atribuyen constituyan un “crimen de responsabilidad”, que es como la Constitución define las causas para la destitución de un mandatario, y reiteró su tesis de que la democracia brasileña está en riesgo.
“Es un momento muy importante y decisivo para la democracia brasileña” y también para “la historia de este país, que dirá cuánto de violencia contra la mujer y de prejuicio ha habido en todo este proceso ilegal”, afirmó.
Según Rousseff, “uno de los componentes de este proceso ha tenido siempre base en el hecho de que sea la primera presidenta electa por el voto popular” en el país, pero “sepan que una parte de mi capacidad de resistir viene del hecho de ser mujer”, añadió.
La mandataria, que si se aprueba la instauración del juicio en su contra sería suspendida del ejercicio del cargo durante los 180 días que puede durar el proceso, reiteró que una renuncia no está en sus planes, porque mientras se mantenga “de pie, con la cabeza erguida, quedará claro que han cometido una enorme injusticia”.
Rousseff también volvió a tildar de “conspirador” y “golpista” al vicepresidente, Michel Temer, que la deberá sustituir mientras dure el eventual juicio político y completaría su mandato en caso de que se consume la destitución.
Asimismo, insistió en que Temer y “los golpistas ya han dicho que van a privatizar todo”, pero advirtió que ni ella “ni el pueblo lo van a permitir”, ya que se mantendrán en “pie de lucha” en defensa de las “conquistas sociales” obtenidas en los últimos años.
“Lo que hemos logrado es sólo el comienzo. Tenemos mucho para conquistar todavía” y “no se permitirá ningún retroceso”, declaró.
Rousseff reiteró: “Me siendo víctima de una injusticia, pero soy el tipo de víctima luchadora, que no desiste, víctima con conciencia, con capacidad de lucha” .