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El hallazgo arqueológico en Jerusalén que podría dar más detalles sobre cómo era el reino de Judá de hace 2 mil 700 años

Una gran colección de cerámicas estampilladas de hace 2 mil 700 años revelada esta semana en Jerusalén ofrece nuevos detalles sobre la administración en el antiguo reino israelí de Judá, en especial la recaudación de impuestos, según arqueólogos. 

Arqueólogos israelíes han desenterrado un yacimiento en Jerusalén vinculado con el bíblico reino de Judá. (Foto Prensa Libre: AFP)

Arqueólogos israelíes han desenterrado un yacimiento en Jerusalén vinculado con el bíblico reino de Judá. (Foto Prensa Libre: AFP)

A unos kilómetros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, arqueólogos de la Autoridad Israelí de Antigüedades (AIA) descubrieron los vestigios subterráneos de un complejo, cuyas paredes de piedra son aún visibles.

En este lugar, situado a unos cientos de metros de la embajada de Estados Unidos, se hallaron más de 120 ánforas rotas de cerámica estampadas con el sello “Al rey” en hebreo.

Estas datan del reino de Judá, fundado en 940 a.C. y que desapareció con la toma de Jerusalén por el rey babilonio Nabucodonosor en 586 a.C..

El AIA considera este descubrimiento como “una de los más grandes e importantes colecciones de impresiones con sellos encontradas en Israel”.

Otras tienen los nombres en hebreo de personas que fueron probablemente figuras del antiguo reino, responsables o personas claves para le economía, explican Neria Sapir, director de excavaciones del AIA.

Entre los hallazgos hay unas 120 asas de jarra con impresiones de sello inscritas en hebreo antiguo. (Foto Prensa Libre: AFP)

 

Las ánforas, que probablemente servían como recipientes para aceite de oliva y vino, fueron recolectadas entre la población en nombre del reino de Judá como forma de impuestos.

La envergadura de los vestigios y su proximidad a la antigua Jerusalén, combinado con el número y el tipo de sellos encontrados, llevó a la AIA a concluir que el sitio era un centro de recaudación de impuestos.

Después de ser recaudados, los recipientes eran entregados en parte a los dirigentes del imperio asirio, del que formaba parte el reino de Judá.

El sitio, en la actual zona occidental de la Ciudad Santa, es “una estructura inusualmente grande construida con muros de sillares concéntricos”. (Foto Prensa Libre: AFP)

 

Otros de los frascos pudieron ser reunidos por los habitantes del reino israelí para su revuelta contra el imperio, alrededor de 701 a.C., y que fracasó, según Sapir.

Para los arqueólogos encargados de la excavación, todo esto indica que el lugar fue un centro neurálgico de Jerusalén hace 27 siglos.

Varias estatuillas de arcilla con formas de mujer, jinetes o animales que probablemente se usaban para el culto pagano y la idolatría. (Foto Prensa Libre: AFP)

 

Pero los arqueólogos aún se preguntan por qué se estableció este lugar en una zona empinada y rocosa, siendo así una superficie en la que debía ser difícil trabajar.

Sapir admite que es un misterio y espera encontrar la respuesta con la continuación de los trabajos.

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