EFE informó que Márquez asegura que también padece problemas de corazón, depresión y ansiedad y que lo han llevado en varias ocasiones a los servicios de salud mental, donde la respuesta que ha obtenido siempre ha sido que “visite a su médico de cabecera” y “recetarle nuevos tratamientos”, por lo que se siente “desahuciado” por los servicios sociales y sanitarios.
“No encuentro ayuda por ninguna parte y entrar en la cárcel es la idea que he tenido, pero no quiero cometer ningún delito”, afirmó a EFE Márquez.
El español está “desesperado” por encontrar una solución a su problema y dejar de estar “las 24 horas del día solo”.
El lunes 4 de septiembre acudió a la prisión de Alhaurín de la Torre para pedir su ingreso con un cartel en el que ha escrito: “Quiero ir a la cárcel”.
Afirma que seguirá protestando a las puertas del centro hasta que resuelvan su situación.
Márquez habló con el director de la prisión, quien le ha denegado la posibilidad de ingresar voluntariamente en ella sin haber cometido un delito.
Justo Márquez ha residido gran parte de su vida en Nerja (Málaga), motivo por el que ha elegido este centro penitenciario de la provincia para hacer su petición.
Este hombre, padre de cinco hijos, a quienes hace meses que no ve, estuvo durante dos años en prisión cuando era joven por problemas con las drogas, pero ahora afirma estar “limpio” desde hace más de tres décadas y, aunque desearía ingresar en prisión, no quiere volver a delinquir. EFE