El Centro Nacional de Huracanes (NHC) rebajó en su último boletín de las 21H00 GMT la intensidad del ciclón, que llegó a ser un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson de 5, antes de tocar tierra el viernes por la mañana.
“Florence está produciendo ahora ráfagas de viento con fuerza de tormenta tropical” a 110 km/h, dijo el NHC.
No obstante, advirtió de que las “marejadas amenazantes para la vida” continuarán en la noche del viernes, pronosticando “catastróficas inundaciones” en las Carolinas.
“Esperamos varios días más de lluvia”, dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper. Precipitaciones de esta intensidad ocurren “una vez cada mil años”, agregó, pronosticando más inundaciones por el desborde de ríos la próxima semana.
Se prevé que Florence arroje 68 billones de litros de lluvia en una semana en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia, Georgia, Tennessee, Kentucky y Maryland, según el meteorólogo Ryan Maue, de weathermodels.com.
Asimismo, Cooper dijo que había habido tres muertes vinculadas a la tormenta y varias otras estaban siendo investigadas. Además de la madre y su bebé, una persona murió mientras encendía un generador.
Una mujer falleció también cuando árboles caídos impidieron que una ambulancia la auxiliara supuestamente por un ataque cardiaco. Según medios estadounidenses, una quinta muerte pudo haber ocurrido cuando un hombre intentó conectar dos cables bajo la lluvia.
“Múltiples amenazas”
“La tormenta está causando estragos”, dijo Cooper, señalando que 680 mil pobladores estaban sin electricidad en Carolina del Norte, que tiene una población de 10 millones. Unas 21 mil personas estaban refugiadas en 157 albergues.
“Nos enfrentamos a múltiples amenazas. Estamos profundamente preocupados por comunidades enteras que podrían ser barridas”, agregó.
La Agencia federal para el manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) estimó que el riesgo persistirá “durante las próximas 24 a 36 horas” después de que Florence tocó tierra a las 07H15 (11H15 GMT) en Wrightsville Beach.
Mother, infant, among several killed by Hurricane Florence https://t.co/bDy8MRplEe
— seattlepi (@seattlepi) September 15, 2018
En Wilmington, cerca de allí, se sintieron varias detonaciones en la mañana, posiblemente por la explosión de transformadores eléctricos. La fuerza del viento rompió ventanas y arrancó árboles de raíz y muchas calles permanecían bloqueadas por troncos y ramas.
Mason Tarr, que pasó la noche en casa de un amigo, recordó que Florence llegó como un huracán de categoría 1 y se preguntó “cómo hubiera sido con uno de categoría 4 o 5”.
Más de 100 km al sur, el famoso balneario de Myrtle Beach en Carolina del Sur era un pueblo fantasma al mediodía, cuando Florece mostró su fuerza con una cortina de lluvia sobre el océano acompañada de rayos.
“Da miedo pero es hermoso”, dijo a la AFP Scott Brauer, un jubilado de 71 años que estaba caminando cerca del mar poco antes de la llegada de la tormenta.
“Lo que se predijo”
“Desafortunadamente, Florence está haciendo exactamente lo que se predijo”, dijo el director de Fema, Brock Long.
“La parte más devastadora es la marejada ciclónica y debido a la expansión del campo de viento y la desaceleración en la velocidad, estamos viendo una gran cantidad de inundaciones”, agregó.
En New Bern, Carolina del Norte, el río Neuse subió tres metros y unas 150 personas debieron ser rescatadas.
“En unos pocos segundos, el agua subió hasta la cintura, ahora está a la altura del hombro”, contó a CNN Peggy Perry, que debió refugiarse con tres familiares en la parte más alta de su casa.
Unos 1.7 millones de personas fueron llamados a abandonar las zonas de riesgo, la mayoría desde el martes.
Algunos, como Victor Shamah, dueño del histórico bar The Bowery en Myrtle Beach, donde nació la banda Alabama, prefirieron quedarse a enfrentar a Florence.
“The Bowery es parte de mí”, aseguró a la AFP, incapaz de abandonar un lugar tan lleno de recuerdos, como las 21 copias de los discos de oro que ganó Alabama, dedicados al bar, además de una guitarra de su “Farewell Tour”, la última gira de la banda en 2003.
Cinco estados costeros, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Maryland y Virginia, así como la capital federal Washington DC, fueron declarados en estado de emergencia.
Se espera que entre viernes y sábado el ojo de la tormenta avance tierra adentro sobre las Carolinas, para luego enfilar al norte hacia las montañas Apalaches al inicio de la próxima semana.
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