En su informe publicado el viernes por la revista británica The Lancet, investigadores de Brasil y Gran Bretaña aportan nuevas pruebas de que el virus es el causante de que algunos fetos de madres infectadas se desarrollen con cabeza más chica de lo normal.
Casi la mitad de un grupo de 32 recién nacidos con microcefalia en Brasil presentaba rastros del virus en la sangre y el líquido cefalorraquídeo. Ninguno de otros 32 niños nacidos con cabeza normal dio positivo de zika.
Esta “asociación manifiesta”, agregan los investigadores, los condujo a concluir “que la epidemia de microcefalia es el resultado de una infección congénita con el virus”.
Más de 1.5 millones de personas están infectadas con el virus del Zika, principalmente en Brasil, donde más de mil 600 niños nacieron con microcefalia desde el año pasado, según la Organización Mundial de la Salud.
En ese caso, advierten, “deberíamos prepararnos para una epidemia de microcefalia extendida a todos los países donde existe transmisión local del virus y aquellos hacia los cuales es probable que se extienda”.
“Recomendamos (…) prepararnos para una epidemia global de microcefalia y otros trastornos asociados al síndrome congénito de Zika”.
Los investigadores también recomendaron agregar el zika a la categoría de infecciones congénitas capaces de afectar la salud del pequeño, antes o durante el nacimiento.
La lista incluye actualmente toxoplasmosis, sífilis, rubeola, citomegalovirus, HIV y herpes.
El virus del Zika se transmite principalmente por medio de mosquitos y en raras ocasiones por vía sexual.
En una mayoría de casos, que incluyen a mujeres embarazadas, es benigno y produce pocos o ningún síntoma.
En un brote originado a mediados del 2015, se asoció a una microcefalia y a casos poco frecuentes de trastornos neurológicos en adultos como el Síndrome de Guillain-Barre (GBS), que pueden resultar en parálisis y muerte.
Más de 1.5 millones de personas están infectadas con el virus del Zika, principalmente en Brasil, donde más de mil 600 niños nacieron con microcefalia desde el año pasado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De momento no existe vacuna contra el virus.
Los investigadores indican que su estudio fue el primero en incluir una muestra de “control” de niños sanos, dos por cada recién nacido con microcefalia.
Usar un grupo de control es una forma de probar una variable a la vez -en este caso la infección con Zika- entre dos grupos que por lo demás serían lo más parecidos posibles.
En este caso, se observaron recién nacidos con microcefalia en ocho maternidades estatales del Estado de Pernambuco entre el 15 de enero y el 2 de mayo pasados.
Para cada caso, los “controles” fueron los dos primeros niños sanos nacidos al día siguiente. Un 80% de madres de recién nacidos con microcefalia se infectaron durante el embarazo, contra un 64% de madres de niños sanos.