Aunque se desconoce en qué consistirán estos cambios, se sabe que Francisco ha pedido en algunas ocasiones celeridad en los procesos de nulidad matrimonial, así como que fueran totalmente gratuitos.
Durante el Sínodo extraordinario sobre la familia, celebrado en octubre del 2014, hubo propuestas sobre cómo acelerar estos procesos, y hubo coincidencia entre sus participantes en que deberían ser gratuitos y más asequibles.
La Iglesia sostiene que los católicos solo pueden volver a casarse si un tribunal eclesiástico declara inválido su primer matrimonio.
Muchos católicos se han quejado de que el proceso de anulación tarda años, si es que se consigue.
Francisco ha propuesto que las anulaciones sean gratuitas por considerar que todos los católicos tienen derecho a la justicia por parte de la Iglesia.