Kristin Keating agradeció al pontífice, quien la tomó de la mano. Francisco también estrechó la mano del esposo de Keating, Chuck Keating, director de la banda musical de la escuela secundaria Bishop Shanahan High School en Downingtown.
La banda tocó para Francisco mientras éste llegaba a Filadelfia para la tercera y última escala de su visita de seis días a Estados Unidos.
“Fue una sensación increíble”, dijo Kristin Keating sobre el encuentro con el papa, y agregó que se sintió “completamente bendecida y amada” por el pontífice.
Además de parálisis cerebral, su hijo tiene una profunda discapacidad intelectual, así como problemas de vista y audición, y no puede hacer nada por sí mismo. Se comunica con gemidos y gritos.
Michael, quien se despertó a las 2:15 de la mañana para el viaje a Filadelfia, había estado inquieto a lo largo de la mañana, pero parecía calmado en presencia del Papa.
“Cuando el papa retiró su mano, tenía una especie de sonrisa en el rostro. Para mí, en ese momento, debe haber sentido esa bendición”, dijo Kristin Keating, profesora de cuatro grado de Elverson.
“Para nosotros fue hermoso”, agregó. “Para nosotros significó algo”.
Francisco bendijo después a varios niños discapacitados en una misa en la Basílica de San Pedro y San Pablo.