“Aviones y barcos de la Armada de Estados Unidos interactúan rutinariamente con unidades rusas en la zona y la mayoría de las interacciones son seguras y profesionales”, anotó el funcionario.
No obstante, “tenemos preocupaciones cuando hay una maniobra peligrosa”, ya que tales acciones “tienen el potencial de aumentar innecesariamente las tensiones entre países”, advirtió a continuación.
La versión ofrecida por el Ministerio de Defensa de Rusia sobre el incidente fue que sus cazas interceptaron a aviones estadounidenses de reconocimiento P-8 Poseidón que se aproximaban peligrosamente a la frontera rusa en el mar Negro.
“Este no es el primer intento de la aviación de la OTAN de acercarse a las fronteras rusas para realizar labores de espionaje en el área de los ejercicios estratégicos de mando militar Kavkaz-2016”, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el general Ígor Konashénkov.
Explicó que los aviones norteamericanos P-8 intentaron en dos ocasiones aproximarse a la frontera rusa sin encender los transpondedores, un requisito obligatorio para transmitir coordenadas e identificación.
Por ese motivo, agregó, Rusia tuvo que ordenar el despegue de dos cazas Su-27 desde la base de Belbek, no lejos del puerto de Sebastopol, en la península de Crimea.
Con respecto a la denuncia del Pentágono sobre una aproximación “peligrosa”, Konashénkov replicó que “los pilotos rusos actuaron en estricta consonancia con las reglas internacionales”.
En un comunicado, el Ministerio de Defensa ruso, explicó que “luego de que los cazas rusos se acercaran a los aviones espía para una confirmación visual y constatar los números de matriculación, la aeronave estadounidense cambió rápidamente de dirección y se alejó”.
“Los pilotos rusos cumplieron estrictamene las reglas de vuelo internacionales”, destacó el Ministerio.