La primera fase del estudio se realizó a principios de año en la región de Wuhan, China, considerada cuna de la pandemia, conjuntamente por científicos internacionales y chinos, en un contexto de sospecha de falta de independencia con respecto a Pekín, acusada obstaculizar la misión, al tardar meses antes de aceptar recibir a expertos extranjeros.
En teleconferencia con Ginebra, el representante de Estados Unidos, Jeremy Konyndyk, destacó este martes 25 de mayo la importancia de contar con “una investigación sólida, completa y dirigida por expertos sobre los orígenes de covid-19”.
“Es importante que preparemos la fase 2 del estudio de los orígenes para que tenga éxito”, sostuvo Konyndyk, “no se trata de señalar responsables”.
Otros países, incluidos Australia, Japón y Portugal, expresaron posiciones similares.
A fines de marzo, los expertos concluyeron que la transmisión a humanos por un animal intermedio es una hipótesis “muy probable” y afirmaron que un incidente de laboratorio, una tesis fuertemente defendida por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue siendo “extremadamente improbable”.
Los expertos recomiendan continuar investigando la hipótesis principal, pero también otras, salvo la que afirma que el virus se escapó de un laboratorio en Wuhan.
Esta propuesta causó mucho revuelo. Y, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, rectificó rápidamente y afirmó que todas las hipótesis quedan sobre la mesa, y criticó la falta de acceso a los datos chinos.
“Apoyarse en la ciencia”
El jefe de la delegación internacional de científicos, Peter Ben Embarek, después minimizó este asunto, afirmando que en China, como en otras partes, ciertos datos no pueden compartirse por razones de privacidad, y que hizo esfuerzos en pos de una solución que permitiese acceder a los datos “en la fase 2 del estudio”.
Pero después, la OMS no ha brindado informaciones sobre progresos, en tanto varios científicos denunciaron el rol desproporcionado que tuvo Pekín en la primera fase del estudio, exigiendo que las cosas cambien en la siguiente.
“El objetivo de esta investigación no es determinar responsabilidades, sino apoyarse en la ciencia, para encontrar el origen del virus y la epidemia y así ayudarnos entre todos a evitar que una catástrofe global como ésta vuelva a producirse”, señaló Konyndyk.
Su llamado tuvo el apoyo del ministro de Salud estadounidense, Xavier Becerra, quien solicitó que la fase 2 del estudio ofrezca a los expertos “la independencia necesaria para evaluar plenamente el origen del virus y los primeros días de epidemia”.
Pero Pekín quiere impedir a cualquier precio que se le culpe por la pandemia, y el régimen parece hacer todo lo posible para que la investigación continúe fuera de China.
Determinar cómo el virus, que ha provocado más de 3.4 millones de muertes en todo el planeta, se transmitió al ser humano es considerado clave para intentar impedir una próxima pandemia.
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Pero, por ahora, la OMS no puede investigar por sí misma en un país. Varias naciones y expertos han pedido que la agencia se beneficie de amplios poderes para enviar rápidamente expertos en casos de crisis, pero esta propuesta no figura en el proyecto de resolución para fortalecer a la OMS, que se adoptará esta semana.
Los países decidirían durante la asamblea postergar hasta noviembre el inicio de negociaciones sobre un tratado sobre pandemias, útil apoyado por la OMS y varios países, como Francia y Alemania.