Internacional

El presidente de Bielorrusia dice que el coronavirus es un “castigo de Dios”

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, afirmó este martes 5 de enero que la pandemia de coronavirus es un castigo divino a la Humanidad por su actitud irrespetuosa hacia la naturaleza.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, afirmó que la pandemia del covid-19 es un castigo divino. (Foto Prensa Libre: AFP)

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, afirmó que la pandemia del covid-19 es un castigo divino. (Foto Prensa Libre: AFP)

“El Señor seguro que nos castigó con el coronavirus porque nos comportamos irrespetuosamente con la naturaleza. Si no tenemos una relación armónica con la naturaleza no tendremos salud, y nuestros hijos vivirán en la miseria”, manifestó durante una visita al grupo empresarial Gorizont, según la agencia estatal de noticias BELTA.

El grupo empresarial se dedica a la fabricación de equipos eléctricos, desde sistemas de calefacción y cocinas hasta automóviles.

La pandemia fue negada en un inicio por el mandatario, que la calificó de “psicosis masiva” y recomendó tratar el covid-19 bebiendo vodka, jugando al hockey sobre hielo o trabajando en el campo al volante de un tractor, pero después no le quedó más remedio que reconocerla ya que él mismo contrajo la enfermedad.

Lukashenko celebró el uso cada vez más amplio de equipos eléctricos, señaló que existen programas para estimular el uso calentadores de agua eléctricos en los sectores residenciales, y la fabricación de automóviles y autobuses eléctricos en el país.

“Como ven, ya comenzamos a producir nuestros autos eléctricos, no solo a comprarlos. Estimulamos mucho estas producciones”, afirmó.

El mandatario recordó que en varios países europeos ya se han marcado los plazos para la retirada total de los vehículos con motores de combustión interna y señaló que Bielorrusia “tiene la oportunidad de hacer esto antes, y lo haremos”.

En ese sentido el presidente indicó que el país utilizará la energía eléctrica producida en la central electronuclear de Bielorrusia.

La central, inaugurada en noviembre pasado, es criticada por las vecinas Letonia y Lituania, al considerar que representa “una amenaza para la seguridad nacional” de estos países bálticos.