Internacional

El Salvador: 40 familias abandonan hogares por amenazas

Unas 40 familias de la zona rural de la localidad de Panchimalco, al sur de la capital, abandonaron sus viviendas por supuestas amenazas de pandillas.

Según trascendió el miércoles pasado en medios locales, las familias de los caseríos El Cincho, Los Jorge, La Finquita, El Carmen y del cantón Mil Cumbres abandonaron sus casas a causa de las amenazas de muerte hechas por miembros de la Mara Salvatrucha (MS13).

El director de la Policía salvadoreña Howard Cotto aseguró que durante el éxodo de estás familias la Policía les brindó seguridad, aunque cuando llegaron “algunas personas se habían retirado”.

“Tenemos unidades destacadas en el lugar (…) para ver las causas que pudieron haber generado esta situación, como ha sucedido en otros hechos, con el fin de procurar que las personas que se pudieran haber retirado de su vivienda puedan regresar”, señaló Cotto a la prensa.

casos de desplazamiento forzado a causa de las pandillas fueron denunciados entre 2014 y la primera parte del 2016.


Destacó que la Policía y el Ejército están “en condición de ofrecer las medidas de seguridad para que las personas regresen”.

No es la primera vez que se da un hecho similar en el país centroamericano, a mediados de noviembre de 2015, Cotto reveló que un total de 6 familias en la localidad Santa Cruz Michapa (noroeste) abandonaron sus viviendas por amenazas de pandillas.

No obstante, diferentes organizaciones sociales han criticado al Ejecutivo del presidente Salvador Sánchez Cerén de no reconocer ni atender a las víctimas del desplazamiento forzado.

Un estudio publicado a inicios de agosto por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), da cuenta de que esta institución recibió, entre 2014 y el primer trimestre de 2016, un total 236 casos que acumulan 427 víctimas.

En el 86,6 % de las ocasiones los desplazamientos fueron propiciados por las “amenazas, homicidio de un familiar o reclutamiento forzoso” de las pandillas.

El Gobierno salvadoreño libra una “guerra” contra estas estructuras, que son acusadas de mantener los índices de homicidios que sitúan al país como uno de los más violentos del mundo.

Entre enero y agosto de 2016, El Salvador acumuló tre mil 837 asesinatos, con los que se sitúa como segundo año más violento desde 2006, solo superado por 2015.

El número de personas que han tenido que huir de sus hogares en El Salvador, Guatemala y Honduras se multiplicó por cinco entre 2012 y 2015, hasta 109.800 personas, alertó en junio pasado la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

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