En los siete años anteriores, se registraron apenas una veintena de libros escritos en las cárceles, según datos facilitados a Efe por la Administración Nacional de Prisiones.
El escritor entre rejas más activo es, sin duda, el empresario George Copos, expropietario del club de fútbol Rapid de Bucarest, que cumple una condena de cuatro años por evasión fiscal.
Gracias a obras sobre historia rumana y economía, todas de dudosa calidad, su pena ha sido reducida en cinco meses.
Otro preso, que se prodigó con cuatro obras durante los dos cortos periodos que pasó entre rejas fue el exprimer ministro socialdemócrata Adrian Nastase, condenado por financiación ilegal de su partido en el 2012 y luego por soborno en el 2014.
La ley rumana que permite esto -única en Europa, según la Fiscalía anticorrupción- no contempla ningún límite de obras que se pueden publicar para reducir las penas ni extensión de las mismas.
Todos los presos, independientemente de la naturaleza de su crimen, pueden en teoría beneficiarse de este ventaja penitenciaria.
Se presenta una solicitud a la administración penitenciaria y esta decide.
La única condición es que estos libros, de contenido académico o científico pero no literario, sean publicados por una editorial reconocida por el Ministerio de Educación.
“Si escribes uno, dos o tres títulos, entonces tu pena se reduce en 30, 60 o 90 días” , explica en declaraciones en Bucarest Ion Cazacu, abogado defensor de Copos.
Ante la reciente avalancha de publicaciones han surgido disputas entre la Fiscalía anticorrupción y los centros penitenciarios que tienen la potestad de aprobar la reducción de las condenas.
“Ha habido casos en los que un fiscal se ha opuesto, pero el juez ha aplicado la ley al mostrar que resulta correcto que el preso en cuestión se pueda beneficiar de la rebaja” , recuerda el abogado.
“La Comisión Penitenciaria es la única que decide si el trabajo cumple las condiciones” , explica Cazacu.
Otro de los beneficiarios de esta ley ha sido el antiguo capitán del FC Barcelona Gica Popescu, quien salió esta semana de la cárcel.
Un tribunal le concedió la libertad condicional tras pasar un año y ocho meses en prisión por fraude fiscal y blanqueo de capitales.
El juez apreció que Popescu haya escrito varios libros mientras estaba en prisión, uno de ellos sobre la enseñanza del futbol en las escuelas del país balcánico.
Entre las obras más controvertidas escritas en una prisión rumana está una de Sorin Ovidiu Vantu, un magnate de los medios de comunicación y fundador de un esquema piramidal fraudulento.
Escribió un libro sobre los vacíos legales que le permitieron enriquecerse tras la caída del comunismo en 1990.
Por su parte, el excéntrico propietario del Steaua Bucarest, Gigi Becali, ha dado rienda suelta a su musa literaria con un libro sobre la espiritualidad cristiana ortodoxa.
Ante trabajos de este tipo, todos autorizados para reducir las penas de sus autores, la Fiscalía Anticorrupción ha criticado que, a la hora de conceder la rebaja de condenas, no se tenga en cuenta la calidad de las obras.
Sin embargo, los jueces rumanos consideran que no es competencia de los fiscales “censurar” los trabajos desde el punto de vista científico, explica el abogado de Copos.
Así las cosas, todo indica que los presos famosos en Rumanía seguirán intensificando su pasión por la escritura.