En algunos casos hubo incidentes aislados entre la policía y manifestantes, y en París y Marsella hubo varios detenidos.
Los sindicatos anunciaron más de 200 manifestaciones en diferentes partes del país. Las cifras de participantes varían según los datos oficiales y de los organizadores. Diversos medios hablaban de más de cien mil personas en todo ese país.
La huelga, convocada por dos de los cuatros sindicatos ferroviarios, provocó varios retrasos en los trenes. La empresa SNCF estimó que en torno a la mitad de los trenes regionales y algunos TGV de alta velocidad dejaron de circular. También permanece cerrada la Torre Eiffel en el centro de París.
El proyecto de ley presentado la semana pasada por el Gobierno pretende hacer más flexible el mercado laboral con el objetivo de reducir el alto desempleo.
Los críticos consideran, en cambio, que los cambios son un retroceso social y exigen su retirada. A principios de marzo ya se manifestaron contra la ley más de 200 mil personas, según las cifras oficiales.
Hollande aseguró que la posibilidad de presentar una nueva candidatura a presidente en 2017 dependerá de la evolución del mercado laboral.
A fines de febrero, Francia registró un nuevo récord, con 3,59 millones de desempleados, cifra 2,5 mayor que el año pasado.
Mayor flexibilidad
La reforma prevé mayor flexibilidad en el mercado de trabajo, en un país donde el desempleo es superior al 10% y en el que las pequeñas y medianas empresas dudan en contratar personal debido a lo que consideran rigideces del mercado.
La reforma trata de reforzar la negociación en el seno de las empresas, en especial sobre la duración del tiempo de trabajo, y clarificar las normas sobre despidos por motivos económicos.
Ante las protestas de los sindicatos y a pesar de las críticas de las organizaciones patronales, el gobierno renunció finalmente a las medidas más criticadas, como la instauración de un máximo de indemnización en caso de despido abusivo.
La magnitud de la movilización servirá de test para el gobierno socialista y para el presidente Hollande, muy fragilizados por la hostilidad de parte de los electores de izquierda ante esta reforma, cuando solo quedan 13 meses para la elección presidencial en 2017.
Esta jornada de protesta se produce poco después de que el jefe de Estado francés sufriera un humillante revés político.
Por falta de consenso político, Hollande se vio obligado a enterrar el miércoles una reforma constitucional que había anunciado tras los atentados de París en noviembre.
El texto fracasó debido a una medida muy polémica la retirada de la nacionalidad a los binacionales condenados por crímenes terroristas, que el presidente francés quería inscribir en la Constitución.
Este revés político, el más grave sufrido por Hollande en cuatro años de presidencia, hipoteca aún más sus posibilidades de ser reelegido en 2017 para un segundo mandato.
Según un sondeo Ipsos-Sopra Steria, publicado el miércoles, Hollande sería eliminado ya en la primera vuelta de la elección presidencial, sea quien fuere su adversario de derecha.