Se produjo tras el paso de un frente muy frío, que desató vientos de hasta 81,1 kilómetros por hora sobre esa zona.
Una portavoz de la OMM explicó que confirmar un nuevo récord “siempre toma mucho tiempo” , porque primero se notifica a la organización, que posteriormente debe crear un comité de expertos que verifican y comparan los datos con los anteriores registros.
El récord anterior, de 18,275 metros, se había registrado el 8 de diciembre de 2007, también en el Atlántico Norte.
El Comité de Evaluación de Fenómenos Extremos de la Comisión de Climatología de la OMM, formado por científicos de Gran Bretaña, Canadá, EEUU y España, clasificó este último récord como “la mayor altura significativa de una ola jamás medida por una boya” .
La boya que registró la ola pertenece a la red de estaciones meteorológicas marinas automáticas de la Oficina Meteorológica del Reino Unido.
Las boyas fondeadas y a la deriva son un componente fundamental de una amplia red internacional de observaciones coordinada por la OMM y sus asociados.
Sus mediciones complementan las realizadas desde buques y por satélite, que sirven para vigilar los océanos y predecir los peligros meteorológicos en alta mar.
“Es la primera vez que se mide una ola de 19 metros. Se trata de un récord notable” , dijo el subsecretario general de la OMM, Wenjian Zhang.
Indicó que ello pone de relieve la importancia de las observaciones y las predicciones meteorológicas y oceánicas para garantizar la seguridad de la industria marítima mundial y para proteger la vida de los tripulantes y pasajeros en las rutas marítimas de mucho tránsito“.
Las olas más altas suelen darse en el Atlántico Norte, más que en el océano Austral.
El nuevo récord mundial se añadirá al archivo oficial de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos de la OMM, que se actualiza constantemente y se amplía gracias a continuas mejoras de los instrumentos, las técnicas y los métodos de análisis, indicó la organización.
El archivo comprende las temperaturas mundiales máximas y mínimas, los récords de precipitación, el pedrisco más pesado, el período de sequía más prolongado, la máxima ráfaga de viento y los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos de ambos hemisferios.
En febrero de 2000 se produjo un récord aparte (el de la mayor altura significativa de una ola jamás medida desde un buque) en la depresión de Rockall, también en el Atlántico Norte, entre el Reino Unido e Islandia.
La altura de una ola se define como la distancia desde la cresta de una ola hasta el seno de la siguiente.
El término ” altura significativa de una ola” se refiere a la altura promediada del tercio de las olas más altas medidas por un instrumento, y equivale a la que un observador vería como altura media de unas 15 a 20 olas bien formadas a lo largo de un período de aproximadamente 10 minutos.