“Mientras tenga las manos arriba no me van a disparar. Es lo que estaba pensando. No me van a disparar”, le dijo a WSVN-TV desde una cama en el hospital, donde se recupera de un balazo en una pierna. “Caramba, qué equivocado estaba”.
El incidente se produce en medio de semanas de violencia involucrando a policías. Cinco policías fueron muertos a balazos en Dallas hace dos semanas y otros tres el domingo en Baton Rouge, Louisiana.
Antes de esos incidentes, un afrodescendiente de 37 años, Alton Sterling, murió baleado durante un forcejeo con dos policías blancos en una tienda. En Minnesota, Philando Castile, de 32 años y también afrodescendiente, fue baleado por un policía durante una parada de tráfico.
Antes de esos incidentes, un afrodescendiente de 37 años, Alton Sterling, murió baleado durante un forcejeo con dos policías blancos en una tienda. En Minnesota, Philando Castile, de 32 años y también afrodescendiente, fue baleado por un policía durante una parada de tráfico.
Videos con celulares capturaron la muerte de Sterling y los minutos siguientes a la de Castile, desatando protestas en todo el país por el maltrato de personas de color por la Policía.
En una conferencia de prensa el jueves, el jefe de la policía de North Miami, Gary Eugene, dijo que la investigación había sido pasada al Departamento de Ley y Orden de Florida y la fiscalía del Estado.
Añadió que se trata de “un asunto muy delicado” y prometió una pesquisa transparente, pero se negó a identificar al policía que hizo los disparos o responder a preguntas de los reporteros.
“Entiendo que hay muchas interrogantes sobre lo sucedido el lunes por la noche. Ustedes tienen preguntas, la comunidad tiene preguntas, nosotros, como municipalidad, como miembros de este departamento de Policía, y yo, también tenemos preguntas”, dijo. “Les aseguro que tendremos todas las respuestas”.
Eugene dijo que los agentes respondían a reportes de un hombre con una pistola amenazando con suicidarse y que los agentes llegaron “con esa amenaza en mente”, pero no se recuperó ningún arma en el sitio.
Kinsey, de 47 años, dijo que estaba tratando de convencer a su paciente de 27 años a regresar al centro de atención de donde había deambulado. La Policía le ordenó a Kinsey y el paciente, que estaba sentado en la calle con un camión de juguete, que yaciesen en el suelo.
Kinsey se tumbó y alzó las manos y gritaba que “nadie está armado”, mientras intentaba que su paciente siguiera las instrucciones. Entonces, un agente disparó tres veces e hirió a Kinsey en la pierna.
El abogado de Kinsey, Hilton Napoleon, facilitó al Herald el video. Muestra a Kinsey en la calle con las manos en alto, rogándole a los policías que no le disparen, mientras el hombre autista se sienta a su lado gritándole “¡Cállate!”.
“Señor, no hay necesidad de portar armas de fuego”, dijo Kinsey al policía antes de ser baleado, relató el mismo Kinsey a WSVN. “Fue muy sorprendente, como una picada de mosquito”.