Cuatro días después de que Matthew descargará su furia contra esta empobrecida nación, la magnitud de lo sucedido apenas empieza a conocerse hoy, debido a que muchas zonas del sur, la región más afectada, continúan incomunicadas y sin servicios de electricidad o teléfono.
Los organismos de emergencia siguen llegando a comunidades severamente afectadas por el fenómeno, mientras que decenas de personas heridas han empezado a llegar a la capital, Puerto Príncipe, desde la ciudad de Dame Marie, en el sur.
La mayoría de las muertes se han registrado en Les Cayes, Dame Marie y Jeremie, en el departamento Sur.
El acceso al departamento de Grand Anse, en el suroeste, severamente afectado, está limitado al transporte aéreo.
El Gobierno haitiano ha asegurado que la situación es catastrófica en el sur del país y ha apelado a la ayuda internacional.
“La destrucción es muy considerable”, dijo el presidente interino de Haití, Jocelerme Privert, quien aseguró que muchos países han ofrecido asistencia a Haití, que aún no ha recuperado los estragos del terremoto de 2010 que dejó unos 300.000 muertos, cantidad similar de heridos y 1,5 millones de damnificados.
“Por ahora estamos tratando de mejorar la situación de urgencia y el Gobierno está en todo lado trabajando”, subrayó.
También han pedido una movilización internacional urgente, algunas Organizaciones No Gubernamentales que expresaron hoy su temor a un agravamiento de la crisis humanitaria en Haití tras el paso del huracán.
En un comunicado, Oxfam Intermón consideró urgente garantizar agua potable e higiene para evitar que se propaguen enfermedades como el cólera, epidemia que afectó el país tras el terremoto de 2010.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha afirmado que ya se prepara para un posible aumento del cólera en Haití, donde este año ya se han reportado más de 28.500, debido al impacto de las grandes inundaciones en la infraestructura de agua y saneamiento.
Por su parte, Unicef informó hoy que medio millón de niños vive en las zonas de Haití más golpeadas por el huracán Matthew.
La Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) indicó que en algunas de las zonas afectadas se ha perdido hasta el 80 % de la cosecha.
La comunidad internacional ha reaccionado a la situación que vive esta nación y varios gobiernos han anunciado hoy el envío inmediato de ayuda para este empobrecido país.
En ese sentido, el presidente francés, François Hollande, envió hoy sus condolencias al pueblo de Haití y anunció que se dispuso de ayuda urgente francesa al país, el más pobre de América.
Hollande señaló que “se han movilizado todos los medios disponibles para poner en marcha, de forma rápida y en coordinación con los socios europeos y de la comunidad internacional, una ayuda de urgencia”.
Desde Ankara, el ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, aseguró hoy que España seguirá cooperando con el pueblo de Haití “para aliviar su sufrimiento” y señaló que ha puesto a disposición medios con material de cobijo, potabilización y almacenamiento de agua a través del Programa Mundial de Alimentos.
Testimonios
“La destrucción es muy considerable”, dijo Privert, quien aseguró que muchos países han ofrecido asistencia a Haití, que aún no ha recuperado los estragos del terremoto de 2010 que dejó unos 300.000 muertos, cantidad similar de heridos y 1,5 millones de damnificados.
“Por ahora estamos tratando de mejorar la situación de urgencia y el Gobierno está en todo lado trabajando”, subrayó.
El Gobierno haitiano ha asegurado que la situación es catastrófica en el sur del país y ha apelado a la ayuda internacional.
En Aquin, una ciudad costera en el sur ante la golpeada ciudad de Les Cayes, la gente caminaba en el lodo en torno a los restos de las diminutas tiendas y casas de madera.
Cenita Leconte fue una de los muchos vecinos de la costa que ignoraron en un principio las llamadas a evacuar sus vulnerables chozas antes de que Matthew tocara tierra el martes como un huracán de categoría 4. Leconte, de 75 años, estaba agradecida de haber cedido finalmente y haber salido con vida de la aterradora prueba.
“Perdimos todo lo que teníamos. Pero habría sido culpa nuestra si nos hubiéramos quedado aquí y hubiéramos muerto”, dijo a Associated Press mientras los vecinos buscaban entre los escombros con la esperanza de encontrar al menos alguna de sus escasas posesiones.
La agencia de protección civil empezaba a hacerse una idea de la situación en el departamento de Grand Anse, indicó la responsable del organismo, Marie Alta Jean-Baptiste. El huracán había dejado impracticables las carreteras de la región y cortado las comunicaciones.
“Sabemos que hay muchos daños en Grand Anse y sabemos que se han perdido vidas allí”, dijo Jean-Baptiste, añadiendo que la cifra oficial de víctimas aún no incluía los reportes de esa zona.
Las autoridades de aviación civil informaron de 3.214 viviendas destruidas en la península sur, donde muchas familias viven en cobertizos con techo de metal corrugado y no siempre tienen los recursos para alejarse del peligro.
Al menos 350 mil personas necesitan alguna clase de asistencia tras el desastre, indicó el gobierno. Se trata de la peor crisis humanitaria en el país desde el devastador terremoto de 2010, indicó el vice representante especial de Naciones Unidas para Haití, Mourad Wahba.
Grupos de ayuda humanitaria ya pedían donaciones para financiar una larga campaña de recuperación en Haití, el país menos desarrollado y más dependiente de la ayuda exterior en el hemisferio occidental.
Se esperaba que en los próximos días empezara a llegar a la capital personal militar estadounidense con nueve helicópteros para ayudar con el reparto de alimentos y agua a las zonas más afectadas.
La falta de comunicaciones con la gente en la región de Grand Anse resulta profundamente preocupante, señaló Jean-Michel Vigreux, director en Haití del grupo sin fines de lucro CARE.
“Aún no conocemos el impacto exacto. Ahora mismo no podemos comunicarnos con nuestro equipo en una región, Grand Anse. Da mucho miedo”, dijo.
Las respuestas tardaban en llegar, y algunos haitianos estaban convencidos de que su atribulado país había evitado en su mayor parte el sufrimiento humano que ha provocado el clima en otras ocasiones.
La última tormenta de categoría 4 que golpeó Haití fue el huracán Flora en 1963, que dejó hasta ocho mil muertos.
Matthew llegó el jueves a Nassau, capital de las Bahamas, con vientos de 205 kph (125 mph).
El jueves de madrugada, Matthew golpeaba el centro de las Bahamas y se esperaba que pasara cerca de la costa este de Estados Unidos, donde las autoridades ordenaron evacuaciones masivas. Los meteorólogos indicaron que Matthew, que había perdido algo de fuerza para convertirse en una peligrosa tormenta de categoría 3 tras tocar tierra en Haití y Cuba, volverá a fortalecerse y recuperaría la categoría 4 a lo largo del jueves mientras se acercaba a Florida.
Destrucción en Cuba
Cuatro municipios del extremo oriente de Cuba están aislados por el impacto del huracán Matthew, que dejó “bastante destrucción” aunque de momento no se ha informado de víctimas, dijo el miércoles el viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Ramón Espinosa.
Baracoa, Imías, Maisí y San Antonio del Sur, en la provincia de Guantánamo, fueron castigadas por los fuertes vientos y la lluvia de Matthew, que tras su paso por Cuba se dirige a Bahamas y Estados Unidos, convertido en un ciclón de categoría 3 en una escala de cinco, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
Con casi 82 mil habitantes, Baracoa es la ciudad más antigua de Cuba con 505 años.
El ciclón, que forzó la evacuación de más de 1.3 millones de personas en seis provincias del oriente cubano, arrojó rocas de gran tamaño que impiden el paso por carretera hacia esa zona.
El general estimó que en Maisí, por donde entró el huracán la noche del martes con vientos de 150 km/h, debe haber “bastante destrucción” ya que Matthew se estacionó allí por varias horas.
En los cuatro municipios más afectados habitan unas 158 mil personas. En la zona hay cultivos de coco, cacao y café, principalmente.
Espinosa recalcó que no tiene conocimiento de víctimas, pero que esta información deberá ser corroborada con las horas.