Internacional

Freital, la ciudad alemana que humilla y acosa a refugiados sirios

<strong><em>“</em></strong>Quiero volver a Siria. Tengo miedo aquí<strong><em>”</em></strong>. Huyendo de la guerra en su país, Taher tropezó contra la violencia de algunos habitantes de Freital, ciudad alemana convertida en símbolo de la hostilidad contra los refugiados en el país.

Alemania es el primer destino europeo para los demandantes de asilo. Podrían totalizar 500 mil en el 2015, algo nunca visto. Paralelamente, los ataques contra las residencias de refugiados, achacados a la extrema derecha, se extienden, llegando a 202 entre enero y junio, los mismos que en todo el 2014.

Nos comprometemos enérgicamente para que estos sucesos (…) no se reproduzcan más, aseguró el miércoles un portavoz del ministerio del Interior, en un momento en el que las autoridades parecen desarmadas.

Es en este contexto que Freital, pequeña ciudad de 40 mil habitantes cerca de Dresde  (este), protagoniza todos los titulares de la prensa, después de varias exaltadas manifestaciones contra la acogida de 280 candidatos a asilo en un viejo hotel.

Los extranjeros criminales y los cerdos demandantes de asilo son abucheados. En las fotos publicadas por la Prensa se veía a manifestantes haciendo el saludo nazi.

La situación es cada vez más tensa (…) Freital está profundamente dividida entre los favorables y contrarios a los refugiados, se alarmó Steffi Brachtel, de 40 años, miembro de un colectivo que organiza las contramanifestaciones frente a Frigida, punta de lanza de los antiasilo y la declinación local de Pegida.

Hostil al islam y a los refugiados, el movimiento Pegida encadena desde otoño las concentraciones en Dresde. En la rica capital de Sajonia, varios cientos de demandantes de asilo están alojados desde el viernes en un campamento de la Cruz Roja.

Giro hacia la extrema derecha

Frigida, que milita para que Freital permanezca limpia, declinó una entrevista.
Delante del hogar de acogida de Freital, un antiguo hotel apartado del centro de la ciudad, anti y pro refugiados se enfrentaron varias veces en junio y julio, siendo separados por la Policía.

A principios de julio, un violento cara a cara en el ayuntamiento entre los antiasilo y concejales terminó incluso en agresiones físicas entre las dos partes.

Freital, situada en la antigua RDA comunista, gira cada vez más hacia la extrema derecha, se inquietó Brachtel.
Ya a finales de julio, las manifestaciones se han calmado. Pero delante del campamento, custodiado por minuciosos vigilantes, aún hay pegatinas en las farolas que invitan a los refugiados a continuar huyendo.

Taher, de 27 años y llegado a Freital en junio, muestra una carta en la que retira su demanda de asilo. Quiero volver a Siria, no quiero quedarme aquí, dijo en un rudimentario inglés.

Todavía más miedo

Taher explicó que fue agredido en la ciudad. Siente mucho miedo. Vengo de Siria porque (tenía) miedo pero aquí, todavía más miedo (…) me vuelvo.

Durante las manifestaciones, no salíamos, informaron Suheyla, de 24 años, y Samir, de 29 años, originarios de Siria y de Libia. Pero ahora, ya se acabó, aseguró la joven.

Atractiva por su saneada economía, Alemania parece desarmada frente al flujo de refugiados que satura sus estructuras y suscita tensiones en la coalición de socialdemócratas y conservadores de Ángela Merkel.

El miércoles, el Gobierno adoptó medidas con el fin de integrar mejor en el mercado laboral a los refugiados destinados a permanecer mucho tiempo en Alemania.

Pero los socialdemócratas (SPD) quieren llegar más lejos, con una ley global sobre la inmigración y la integración de los refugiados.

500 mil personas podrían demandar refugio en Alemania en el 2015.

Mientras tanto, parece que se encamina hacia una prolongación de la lista de países de los Balcanes considerados seguros.

Por ahora, Berlín reconoce como seguros Serbia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia, cuyos residentes extranjeros no tienen casi ninguna oportunidad de obtener el asilo. Los conservadores quieren que la nueva lista englobe Kosovo, Albania y Montenegro, y el SPD lo apoyaría.

Varias federaciones, al límite de sus capacidades, han lanzado también la voz de alarma, como Baviera o Bade-Wurtember, que abogan por que los inmigrantes sean dirigidos más hacia el este del país.

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