El vocero de la secretaría, Mark Weber, dijo que Burwell se ha comunicado con los miembros del Congreso para pedirles que adopten todas las medidas necesarias a fin de “asegurarnos de que estamos preparados”, pero que la carta no exige más fondos de los solicitados por el presidente para el presupuesto.
El gobierno tiene la esperanza de evitar una repetición de la crisis que ocurrió en el verano del 2014, cuando decenas de miles de niños y familias se juntaron en la zona fronteriza del suroeste estadounidense.
Las zonas de espera de la Patrulla Fronteriza quedaron hacinadas a tal grado que los niños debían dormir en pisos de concreto cubiertos por mantas cubiertas con papel de aluminio.
El aumento de niños que llegaron al país sin la compañía de sus padres abrumó al gobierno estadounidense y la Casa Blanca calificó el caso de “una crisis humanitaria”.
- Video/archivo: Menores que migran solos hacia EE. UU.
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Un total de 10 mil 588 niños no acompañados cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México en octubre y noviembre pasados, en comparación con los cinco mil 129 que cruzaron durante los mismos dos meses del año pasado, de acuerdo con la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
El repunte ya obligó a la agencia a abrir dos refugios en Texas y uno en California.
Burwell dijo en su carta que “es imposible saber si continuarán estas tendencias”.
Los cruces fronterizos no han alcanzado los niveles del verano del año pasado, cuando más de 10 mil niños llegaron a Estados Unidos solamente en junio.
Por ley, los niños migrantes no acompañados que proceden de países que no tienen frontera con Estados Unidos deben ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos dentro de las 72 horas de haber sido detenidos.
El gobierno es responsable del cuidado de los niños hasta que se unan con un familiar o un patrocinador en Estados Unidos y los tribunales de inmigración pueden pronunciarse sobre sus casos.