Esas piezas recuperadas se han trasladado a un laboratorio del FBI en Virginia para la “explotación de contrainteligencia”.
Las embarcaciones de la Armada y de la Guardia Costera estadounidenses han abandonado ya la zona y se han levando los perímetros de seguridad que se habían instalado en el lugar de la búsqueda.
El jueves 16 de febrero, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo en un discurso que tiene previsto hablar con su homólogo chino, Xi Jinping, sobre el globo “espía”, pero adelantó que no le pedirá disculpas por abatirlo.
Biden avisó además de que no dudará en derribar cualquier objeto volador que suponga una amenaza para el pueblo estadounidense.
El globo “espía” chino fue localizado a finales de enero en el espacio aéreo estadounidense y fue derribado sobre aguas del Atlántico el 4 de febrero. Llevaba días sobrevolando varias zonas del país, como el estado de Montana (noroeste), donde se encuentra uno de los tres campos de silos de misiles nucleares existentes en Estados Unidos.
Por su parte, el Gobierno chino ha asegurado que el globo entró en el espacio aéreo estadounidense al desviarse por error de su trayectoria y afirma que se usaba para fines meteorológicos, no de espionaje.
Además del globo “espía”, Estados Unidos ha derribado en la última semana otros tres objetos voladores en su territorio y Canadá, cuyo origen están investigando las autoridades estadounidenses y canadienses.
Biden indicó que esos últimos objetos voladores no parecen tener ningún vínculo con el globo “espía” chino y que, de hecho, la inteligencia de EE. UU. cree que eran “probablemente globos vinculados a empresas privadas, instituciones recreativas” o de investigación que se dedican a estudiar fenómenos meteorológicos o hacer otras investigaciones científicas.