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Luisiana declara estado de Emergencia ante llegada de tormenta tropical

John Bel Edwards, gobernador de Luisiana, Estados Unidos, declaró este 10 de julio el estado de Emergencia para afrontar la llegada de una tormenta tropical que podría convertirse en huracán.

(Foto Prensa Libre: Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos).

(Foto Prensa Libre: Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos).

“He emitido un estado de Emergencia como preparación para el impacto del sistema de baja presión en el Golfo de México. El sistema probablemente producirá mareas de tormenta, vientos con fuerza de huracán y hasta 15 pulgadas de lluvia en todo el estado”, tuiteó el funcionario.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó que “las condiciones parecen propicias para que ese sistema se transforme en huracán a medida que se acerca a las costas de Estados Unidos en el centro del Golfo de México”.

Nueva Orleans, construida en parte bajo el nivel del agua, ya está en situación de alerta por inundaciones y tornados debido a fuertes tormentas.

Según el NHC, este sistema de baja presión se convertiría en el primer huracán de la temporada, Barry, el cual tocaría tierra en algún punto de la costa central estadounidense.

En algunos barrios del área metropolitana de Nueva Orleans, como Jefferson, cayeron entre 10 y 15 centímetros de lluvia y se esperaban aún entre cinco y ocho centímetros más.

La perspectiva de un huracán antes del fin de semana, que sería el primero de la temporada en el Atlántico y se llamaría Barry, incitó a los servicios meteorológicos a emitir varias prealertas.

Un ciclón podría provocar una peligrosa subida del nivel del agua e inundaciones costeras en las próximas 48 horas.

A las 15.00 hora global, la tormenta se encontraba a 270 kilómetros al sureste de la desembocadura del Misisipi.

Sus vientos soplaban a 45 km/h, muy por debajo del umbral necesario para convertirse en un huracán: 119 km/h. Se espera que la tormenta produzca una acumulación de lluvia de entre 15 y 30 centímetros hasta comienzos de la próxima semana.

Las autoridades locales han multiplicado las advertencias, sobre todo porque el río Misisipi ya ha alcanzado los 4.9 metros de altura en Nueva Orleans, cerca de su nivel de crecida de 5.18 metros.

El dique que protege la ciudad puede frenar una crecida de 6.10 metros, un nivel que podría alcanzarse el sábado por la mañana, según los meteorólogos.

La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, cerró el Ayuntamiento y pidió a los empleados cuya labor no es esencial para la ciudad que permanecieran en sus casas. El aeropuerto de la ciudad registró varios retrasos en los vuelos.

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