Según informaron medios locales, Mendes suspendió la investidura de Lula, realizada el jueves, por entender que tuvo por objetivo conferirle el privilegio de los fueros propios del cargo.
Con esto, la denuncia penal y el pedido de arresto preventivo por sus presuntos nexos con los ilícitos en Petrobras, que penden sobre el ex mandatario, saldrán de la órbita de la Justicia ordinaria y pasarán al ámbito de la Corte Suprema.
Según Fux, el recurso que interpuso el Gobierno para levantar la suspensión no es válido en esta situación. El magistrado determinó además que la decisión final sobre el veredicto de Mendes sea analizada por el pleno del Supremo, que por ser semana santa se reunirá recién el 30 de marzo.
Mientras tanto, el expresidente sigue sin la protección de los fueros, ante especulaciones sobre una posible decisión del juez Sérgio Moro, quien coordina los procesos vinculados al caso Petrobras y tiene en sus manos las acciones que penden sobre Lula, de decretar su arresto.
Por eso, sus abogados presentaron un pedido de habeas corpus que también tiene como objetivo retirar de la jurisdicción de Moro las acciones y llevarlas a la del Supremo.
Esta acción cayó por sorteo en manos de la jueza de la máxima corte del país Rosa Weber, quien todavía no se pronunció respecto de la misma, pero ya rechazó otros pedidos similares presentados por la defensa de Lula.
Mientras el Gobierno y los abogados del ex mandatario libran su batalla en tribunales, las manifestaciones en favor de la destitución de Rousseff y contra la nominación de Lula como “primer ministro” han perdido fuerza.
No obstante, en la noche del lunes se congregaron en frente al Palacio del Planalto -sede de la Presidencia- en Brasilia, unas 5.000 personas, según la policía, que con luces láser iluminaron la sede presidenc