La Carta Magna es considerada el documento base de las leyes y libertades civiles ingleses y fue inspiración de la Constitución estadounidense.
El documento estableció el principio de que el rey está sujeto a la ley y no sobre ella y estipuló que ningún “hombre libre debe ser capturado o prisionero, excepto bajo el juicio legal de sus iguales o por la ley de la tierra.”
La carta original duró poco. El rey John casi de inmediato se retractó y pidió al pueblo anularla, lo que comenzó la guerra civil en Inglaterra. La promulgaron nuevamente después de la muerte del monarca.
Lynch dijo que “los principios trazados por la Carta Magna representan un concepto de que es nada menos que la dignidad del hombre.”
Cameron dijo que era deber de los británicos modernos salvaguardar el “logro trascendental” de la Carta.
Pero opositores lo acusan de tratar de socavar los derechos. El gobierno conservador de Cameron quiere reemplazar la Ley de Derechos Humanos —cuyo árbitro supremo es un tribunal europeo— con un proyecto de ley británica, una acción que según los que se oponen podría debilitar garantías clave.
Cameron dijo que la Carta Magna ha inspirado a todos los que hicieron campaña a favor del voto de las mujeres, a Mahatma Gandhi y Nelson Mandela, quien la citó en su juicio en 1964.
El primer ministro señaló que “irónicamente el buen nombre de los ‘derechos humanos’ algunas veces se distorsiona y devalúa”, en un aparente referencia a los debates políticos de hoy.