Este es el segundo hallazgo en torno al tzompantli, de 4.7 metros de diámetro, luego de que en agosto de 2015 se localizó la estructura en los trabajos arqueológicos donde se erigía el Templo Mayor de la Gran Tenochtiltán, la ciudad de los aztecas y hoy centro de la capital mexicana.
“En la sección este de la torre se han visualizado, superficialmente, 119 cráneos humanos, mismos que se suman a los 484 identificados anteriormente”, señala un comunicado de la secretaría de Cultura y el Instituto de Antropología.
En un video distribuido por las autoridades se observan numerosos cráneos colocados en forma circular, unidos por piedra y tierra, y se alcanza a distinguir detalles de algunos.
El hallazgo de esta estructura, que se estima fue erigida entre 1486 y 1502, se corresponde con relatos que sobre la misma hicieron conquistadores españoles como Hernán Cortés y Bernardo Díaz del Castillo.
El “tzompantli es, sin duda, uno de los hallazgos arqueológicos más impactantes de los últimos años en nuestro país, pues es un importante testimonio del poderío y grandeza que alcanzó México-Tenochtitlan”, señaló la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
Los cráneos corresponden en su mayoría a hombres, pero también se han identificado femeninos y al menos tres de niños en esta cara este.
Según los expertos citados en el comunicado, este tzompantli es “un edificio de vida más que de muerte” ya que en Mesoamérica el sacrificio de seres humanos era una forma de mantener con vida a los dioses y la continuidad de la existencia.
Pero reconocen que también “era una declaración de poder y principios bélicos” pues se cree algunos cráneos eran de guerreros enemigos y que el tzompantli era mostrado a los rivales del imperio azteca como forma de advertencia.
La estructura fue levantada en honor a Huitzilopochtli, la mayor deidad azteca.
La Gran Tenochtitlán fue fundada hacia 1325 por los aztecas, que dominaron a numerosos pueblos prehispánicos hasta que en 1521 cayeron ante los conquistadores españoles, quienes destruyeron la mayor parte de la última etapa en construcción del muro de cráneos.
Por décadas, el centro histórico ha sido rico en hallazgos arqueológicos, como la majestuosa piedra tallada de la diosa Coyolxauhqui, descubierta en 1978 cuando trabajadores colocaban cableado subterráneo.
Debajo de la Catedral Metropolitana se hallan restos del Templo Mayor y de la cancha del juego de pelota. A un costado el visitante puede recorrer parte de estos vestigios.