La segunda caja, que de acuerdo con el diario El Nuevo Herald pesa unos 300 kilos y tiene unas dimensiones de unos 60x60x60 centímetros, no ha sido abierta por decisión del actual propietario de la casa, Christian de Berdouare, quien la compró en 2014 por casi diez millones de dólares.
A comienzos de este año Berdouare, fundador de la empresa de comida rápida Chicken Kitchen, anunció la demolición de la mansión y su esperanza de encontrar algo escondido allí por el que fue jefe del cartel de Medellín y aterrorizó a Colombia con sangrientos atentados y asesinatos hasta que en 1993 murió por disparos de la Policía en esa ciudad colombiana.
“Podría ser un cadáver, dado lo que sabemos, o puede ser dinero o tal vez oro o diamantes” , expresó el empresario, quien planea construir otra casa en el lugar, un terreno a orillas de la bahía de Biscayne (Vizcaya) en una zona residencial de Miami Beach.
No hay registro de si el capo estuvo alguna vez en esa mansión de paredes rosadas y pisos de mármol, pero a fines de 2015 Juan Pablo Escobar, su hijo, afirmó en una entrevista publicada en el diario O Estado de Sao Paulo que su padre era socio del también fallecido cantante estadounidense Frank Sinatra en negocios sucios en Miami.
“Frank Sinatra era uno de los socios de mi papá en Miami. Hay más cantantes de lo que uno se imagina que comenzaron sus carreras con el patrocinio de narcotraficantes. Pero no hay recibos ni tiquetes y eso lo sé porque estaba al lado de mi padre” , señaló Juan Pablo Escobar, autor del libro “Pablo Escobar, mi padre” .
Antes de iniciar la demolición, el nuevo dueño de la antigua casa del narcotraficante colombiano, que fue confiscada en los años 80 por la justicia estadounidense, permitió a un grupo de cazatesoros rastrear sus habitaciones y los alrededores y a un equipo de documentalistas grabar imágenes.