Las botellas, con mensajes en inglés, japonés y portugués en los que pedían contactar al remitente, han aparecido en sitios tan distantes como Filipinas, Canadá y Alaska.
Pero no se encontraron más desde que en 2002 se recuperó la botella número 50 en la prefectura de Kagoshima, en el sur de Japón.
La número 51 fue encontrada por una niña de nueve años en junio en una playa de Hawái, anunció el colegio japonés, con sus mensajes aún legibles.
“Yo estaba realmente sorprendido”, dijo el subdirector del colegio japonés, Jun Hayashi, ese viernes 17 de septiembre.
Ahora espera que aparezca la botella 52.
Mayumi Kondo, una integrante del club de ciencias naturales en 1984, dijo que el hallazgo “revivió memorias nostálgicas” de sus años escolares.
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