Esperar a la convención
Sanders respondió instantáneamente, insistiendo en que ningún demócrata puede adjudicarse la nominación hasta la convención partidaria en julio, en Filadelfia.
“Es desafortunado que los medios, en un juicio apresurado, estén ignorando la clara declaración del Comité Nacional Demócrata de que es un error contar los votos de los superdelegados antes de que ellos realmente voten en la convención” dijo el portavoz de Sanders, Michael Briggs, en un comunicado.
Los superdelegados son legisladores y otras figuras del partido Demócrata que son libres de decidir su voto durante la convención de investidura. Antes de este lunes, más de 500 de los 700 superdelegados respaldaban a Clinton.
Pocas horas antes, Sanders, que marcha detrás con 800 delegados de distancia y que sigue haciendo campaña en California -donde los sondeos anuncian un resultado cerrado- insistía en que busca cambiar las lealtades de los superdelegados.
Un primer lugar en ese rico estado, que reparte el mayor número de delegados de la contienda interna, podría convencerlo de permanecer de pie hasta la última primaria, la semana próxima en Washington, o incluso hasta la convención.
“Nuestra meta es obtener la mayor cantidad de delegados que podamos, para convencer a los superdelegados que (…) yo soy el mejor candidato” para vencer a Trump, dijo Sanders durante una rueda de prensa en Emeryville.
Clinton continuó este lunes sus esfuerzos recorriendo California, luego de recibir el impulso de victorias en los territorios de Islas Vírgenes y Puerto Rico el fin de semana.
La carrera “no se acaba hasta que se acaba”, dijo a periodistas en Compton, cerca de Los Angeles, subrayando también el carácter histórico de su candidatura.
“Mis seguidores son apasionados”, dijo, principalmente porque “creen que tener una mujer de presidente enviará un mensaje fuerte, un mensaje histórico sobre el tipo de país que somos y en lo que creemos”. “Es muy emotivo”, añadió.
Más tarde, ante seguidores en un mitin en español e inglés en el poblado preeminentemente latino de Lynwood, Clinton dijo que “estaría profundamente honrada y sobrecogida” si el martes se torna en el “día de Hillary”.
Unidad frente a Trump
Con la nominación en el bolsillo, Clinton deberá pronunciar un discurso la noche del martes en su feudo de Nueva York, donde se espera que siente las bases para unificar el partido tras meses de agrias disputas internas.
“Mañana se cumplirán exactamente ocho años desde que me retiré y me uní al entonces senador Obama. Pienso que fue una buena decisión”, dijo, señalando que se acercará al bando de Sanders.
“Espero que me acompañe en eso. Debemos estar unidos camino a la convención para atacar a Donald Trump y repudiar su tipo de campaña”, añadió. “Las apuestas son muy altas”, dijo.
Por ahora, el bando Clinton cuenta con una fuerza unificadora excepcional: Trump.
La exprimera dama ha afilado sus ataques, usando un discurso sobre política exterior la semana pasada, para tildar al empresario como inepto para liderar la principal potencia mundial.
Trump, que provocó una nueva tormenta política, incluso al interno del partido Republicano, al fustigar a un juez federal por sus orígenes mexicanos, respondió a los ataques el domingo.
“Hillary Clinton no es apta para ser presidenta. Toma malas decisiones, tiene pobre capacidad de liderazgo y un historial destructivo. Cambio”, escribió en Twitter.