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Huracán Ian: Los videos que muestran árboles caídos, barcos en carreteras, inundaciones y daños que dejan miedo en Florida

Ciudades devastadas, millones de personas sin electricidad pero sobre todo un costo humano que podría ser "sustancial": Florida recién comienza este 29 de septiembre a tomar la medida de los considerables daños causados por el huracán Ian.

huracán Ian

Florida teme un gran número de muertos tras el paso del huracán Ian. (Foto Prensa Libre: AFP)

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que los trabajos de reconstrucción por el paso del huracán Ian, que sembró el caos en el suroeste y centro del estado, llevarán tiempo y que en algunas áreas habrá que comenzar de cero ante la gravedad de los daños, y anunció que llegará ayuda de otros estados.

En conferencia de prensa este jueves 29 de septiembre en la localidad de Punta Gorda, en la costa oeste de Florida, una de las áreas más afectadas, DeSantis mostró, no obstante, optimismo por la pronta llegada de ayuda desde otros estados.

El gobernador no ofreció información sobre fallecimientos a causa directa del ciclón, tema sobre el que previamente se había pronunciado para referirse a dos muertes que no atribuyó directamente al huracán, en el sentido, matizó, “de que no sabemos si están relacionadas con la tormenta”.

Una de esas posibles víctimas es un hombre de 72 años de la localidad de Deltona, al noreste de Orlando, quien pereció la madrugada de este jueves 29 tras caer a un canal mientras vaciaba su piscina en medio de la intensa lluvia, según informó la policía del condado de Volusia, en el centro de Florida.

El director de la Oficina de Gestión de Emergencias de Osceola, Bill Litton, dijo a la cadena CNN que una persona murió en ese condado del centro de Florida, información que no han confirmado otras autoridades.

“Hay áreas en las que habrá que comenzar de cero porque no se podrán reconstruir”, dijo de DeSantis, que destacó que en algunas localidades, como Sanibel, una pequeña isla situada en el condado de Lee, una de las áreas de la costa oeste de Florida más castigadas, los daños “fueron de dimensiones bíblicas”.

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Dijo que hay miles de operarios sobre el terreno tratando de dar respuesta a todas las personas afectadas por el paso del ciclón por Florida.

“El trabajo para restablecer la normalidad será las 24 horas”, aseguró DeSantis.

La reconstrucción no será de un día para otro, pero la ayuda está de camino“, dijo sobre la llegada de equipos que contribuirán al restablecimiento de la infraestructura eléctrica desde estados como Luisiana o Alabama, entre otros.

Los daños al sistema eléctrico aún no se cuantifican pero se ha dado a conocer la cifra de más de 2.6 millones de abonados todavía sin servicio eléctrico.

“Los daños por las infraestructuras recibirán ayuda federal, aunque en nuestros presupuestos hay fondos para ello”, dijo el gobernador, que se refirió en especial a los destrozos provocados a causa de las inundaciones.

“En algunas viviendas el agua llegó a subir hasta 1 pie (0.30 cm)”, daños cuantiosos a particulares a los que aconsejó que en primera instancia reclamen a las aseguradoras con las se tienen suscritos sus pólizas.

DeSantis señaló que hay muchas personas que perdieron sus casas y que están alojadas de forma temporal en hoteles.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó una declaración de zona de desastre sobre nueve condados de Florida afectados por el huracán Ian, lo que permitirá aumentar la ayuda federal para paliar sus efectos, tal como se lo había prometido a DeSantis.

Tras pasar por Cuba y la costa suroeste de Florida, Ian cruzó la pasada noche este estado en dirección noreste y, a las 14.00 horas de este 29 de septiembre (18.00 GMT), se hallaba a unas 40 millas (65 km) al nornoreste de Cabo Cañaveral (este de Florida) y a 275 millas (445 km) al sur de Charlotte (Carolina del Sur), según un boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC).

Barcos en medio de la carretera

Durante horas, Ian se cebó el miércoles 28 de septiembre con esta parte del suroeste de Florida dejando un paisaje de árboles derribados, señales de tráfico caídas y cristales rotos.

En Fort Myers, una ciudad tranquila de unos 83 mil habitantes, la subida del río Caloosahatchee empujó decenas de barcos pequeños amarrados en la marina hasta las calles del centro, donde reposan ahora sobre la tierra firme.

Tom Johnson asistió en primera fila a las inundaciones desde su apartamento situado al lado del puerto, en el segundo piso de un sencillo edificio de dos plantas.

El miércoles 28 por la tarde, vio cómo el huracán empujaba dos barcos hacia el patio del complejo de viviendas en cinco minutos.

“Me asusté porque nunca había vivido algo así”, dice señalando las dos embarcaciones. “Oí los ruidos más terribles, con cosas volando por todas partes, las puertas volando”, añade este hombre de 54 años cuya casa no sufrió daños.

Una de sus vecinas, Janelle Thil, no tuvo la misma suerte. Su apartamento de la planta baja empezó a inundarse y hubo de pedir ayuda a unos habitantes del edificio para poder salir de ahí.

“Tomaron mis perros. Salté por la ventana y nadé hasta ahí”, dice señalando la vivienda vacía de la segunda planta donde se refugió con otras personas.

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Esta mujer de 42 años acaba de limpiar el fango que entró a su casa y ahora hace recuento de las pocas pertenencias que no perdió en la inundación.

“Lloré un poco cuando regresé a mi apartamento, abrí la puerta y tuve que esperar cinco minutos a que saliera toda el agua”, cuenta. “Amaba mi casa, pero estoy viva y eso es lo principal”, añade resignada.