El meteoro podría causar más deslaves, desbordamientos de ríos e inundaciones en ocho estados de la costa centro y norte del océano Pacífico, por lo que Ricardo de la Cruz, director general de Protección Civil, anunció que se han cerrado los puertos de esas zonas del territorio a la navegación de pequeñas embarcaciones.
Para atender a la población más vulnerable, se instalaron tres mil 757 refugios temporales en Baja California Sur, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, con capacidad de albergar hasta 796 mil personas. Mientras que la Marina y el Ejército ya desplegaron sus protocolos para desastres naturales, añadió el funcionario.
Por aparte, la Comisión Federal de Electricidad reportó que desplegó dos mil 267 trabajadores, 296 grúas, 14 vehículos todo terreno, cuatro helicópteros, 38 torres de iluminación y 92 plantas eléctricas de emergencia en los estados de Baja California Sur, Sonora y Sinaloa ante las posibles afectaciones.
Estela de destrozos
Como depresión tropical, Newton dejó durante el fin de semana tres muertos y al menos 800 personas damnificadas en los estados sureños de Chiapas y Guerrero.
En este último estado, en el turístico puerto de Acapulco unas 200 personas quedaron atrapadas en un fraccionamiento por los anegamientos, que alcanzaron 60 cm de altura.
La zona fue evacuada por agentes de la Policía Estatal mediante un helicóptero, informó el gobernador de Guerrero Héctor Astudillo Flores.
Algunos de los pobladores fueron llevados a un refugio temporal, pero otros se rehusaron a abandonar sus viviendas.
Por otro lado, también en Guerrero se registraron 33 derrumbes y deslizamientos de rocas en distintos tramos carreteros interestatales y las lluvias ocasionaron el colapso de una céntrica calle de Acapulco donde cayeron dos automóviles particulares y resultaron heridos tres pasajeros.
En Chiapas, Guerrero y Michoacán ya no hay lluvia “sin embargo se están haciendo ya operativos para que no haya ningún brote epidemiológico que pueda comprometer la salud de las personas”, indicó Ricardo de la Cruz.
En septiembre de 2014, el balneario de Los Cabos, favorito de muchos turistas estadounidenses, sufrió el embate del huracán Odile, que dejó seis muertos y millonarias pérdidas materiales.
Y en septiembre del 2013, el azote casi simultáneo de los huracanes Ingrid y Manuel dejó 157 muertos en Guerrero, de los cuales una cincuentena fueron personas que quedaron sepultadas por un deslave en el pueblo cafetalero de La Pintada.