Según los diarios estadounidense Washington Post y el español El País,el verdugo conocido hasta ahora como John el yihadista, que ha simbolizado la barbarie del Estado Islámico, ha sido investigado utilizado diferentes técnicas, que incluyen análisis de voz y entrevistas con antiguos rehenes.
Poco después de la publicación del video de la decapitación el periodista estadounidense James Foley el pasado verano, el FBI ya avanzó que podría haber identificado a su verdugo.
Pero su identidad se ha mantenido secreta, mientras John el Yihadista volvía a parecer en al menos otros cuatro vídeos de asesinatos de rehenes occidentales.
Emwazi, según fuentes citadas por el Post, llegó a Siria en 2012. Antes, poco después de licenciarse en la universidad, viajó a Tanzania con dos amigos con la supuesta intención de realizar un safari. Al aterrizar en Dar es Salaam, en mayo de 2009, fueron detenidos por la policía y finalmente deportados.
Entonces Emwazi viajó a Ámsterdam. Allí, según correos electrónicos en poder del Washington Post, el servicio de inteligencia británico MI5 le acusó de tratar de viajar a Somalia, para unirse a la guerrilla islamista que operaba en el sur del país.
Emwazi negó la acusación, respondiendo que fue el MI5 el que intentó reclutarlo. En otoño de 2009 regresó a Reino Unido.
Después se trasladó a Kuwait, donde trabajó en una empresa de informática, y regresó al menos en dos ocasiones a Reino Unido, una de ellas para arreglar los papeles para contraer matrimonio con una kuwaití en 2010. La policía antiterrorista británica volvió a detenerle, impidiéndole viajar a Kuwait al día siguiente como tenía revisto.
“Tengo un trabajo esperándome y un matrimonio que empezar”, escribió al director de investigación del grupo de derechos civiles CAGE, en un mail al que ha tenido acceso el Washington Post. “Pero ahora me siento como un prisionero, solo que no en una celda, sino en Londres”.
Estaba, según testimonios de amigos anónimos recogidos por el diario estadounidense, ansioso por escapar de Londres. Los mismos amigos le recuerdan como educado, elegante en el vestir y profundamente religioso.
Se cree que llegó a Siria en 2012. Cómo lo logró es aún un misterio. Pero allí se sabe que contacto con su familia y al menos con un amigo, aunque se desconoce qué les contó sobre su actividad allí.
Un ex rehén ha relatado qué Emwazi formaba parte en 2013 de un equipo, integrado por al menos dos británicos más, encargado de vigilar a los prisioneros en unas dependencias de Idlib.
Emwazi parecía el líder del grupo, según el mismo testimonio. A principios de 2014 los rehenes fueron trasladados a Raqqa, centro de operaciones del Estado Islámico en Siria.
Allí siguieron recibiendo vistas de Emwazi, que parecía haber asumido labres más importantes en la organización.